Llegando a la nueva habitación... (priv. Pandora)

Había vuelto de aquella aterradora o tal vez extraña aventura hacía un par de días ya, en la cual habían logrado rescatar a la mayoría de sus estudiantes, aun así no se había quedado del todo conforme con la desaparición de uno de ellos, pero ya nada se podía hacer más que lamentarse y sentir cierta opresión y tal vez impotencia.
Por asuntos de seguridad más que nada para los alumnos la directora de la academia termino estableciendo un dormitorio para cada profesor en un pasillo cercando a los dormitorios de los alumnos, claro, lo que quedaba a hora era protegerlos con todas las herramientas que estuviesen a su alcanza, después de lo sucedido, se temía tal vez un nuevo desafortunado incidente.
Luego de ir a buscar algunas cosas a su casa, Kael armo una pequeña maleta en la que se llevo lo esencial y las cosas que siempre requería para las clases y al día siguiente llegó al que sería su nuevo cuarto para acomodarse allí, ciertamente ahora debería cenar en el comedor con los alumnos y parecía que iba a estar más cerca de ellos de lo que jamás había estado, y esa idea en verdad… le agradaba, sabía bien que quería cuidar de ellos con todas sus fuerzas y hacer por ellos todo lo que le fuese posible.
Comenzó a acomodar sus cosas en la habitación con tranquilidad, el cuarto era muy amplio y tenía un gran ventanal que abrió de inmediato dejando entrar una fresca brisa que agito sus cabellos suavemente, mientras el cantar de los pajarillos invadía sus oídos pacíficamente.
-Es un bonito lugar…
Llevándose una mano al rostro se quito los lentes y los colocó en su funda para no estropearlos mientras lidiaba con las cosas que había traído, con paciencia comenzó a abrir las cajas que contenían aquello que había considerado más importante para su estancia en la academia, y sacándolas comenzó a colocarlas en las cercanías para luego ordenarlas.
-Creo que comenzare… con la ropa…
Colocando el bolso sobre la cama comenzó a sacar sus cosas para allí ponerlas y luego ordenarlas en el armario de madera que se imponía sobre una de las paredes, era amplio y de aspecto lujoso; pareciendo que en el pudiese guardar todo lo que quisiese y que aún sobraría espacio.

Pandora caminaba por los pasillos de las habitaciones, desde el regreso de la misión ella solo usaba su traje de misiones, debía estar preparada para cualquier cosa, camino durante un tiempo, todo parecía tranquilo fue cuando recordó que le había promedito al profesor Kael que el ayudaría con la mudanza, se dio leves golpecitos con la palma de su mano en la frente diciéndose “tonta… tonta… tonta…” rápidamente se dio la vuelta y se dirigió a las habitaciones de los maestros para encontrar la del profesor.

Llego al departamento designado para el profesor Kael toco la puerta esperando que no hubiera sido muy tarde, arque las cejas en vergüenza se le había olvidado por completo la promesa por estar pensando en lo que sucedió en Bulgaria, estando alerta a cualquier ataque repentino.

Paso un tiempo y el profesor no respondía, a lo mejor aun no llegaba, giro levemente la perilla de la puerta para darse cuenta que esta estaba abierta, era raro si no se encontraba dentro. Abrió la puerta lentamente asomándose intentando no perturbar diciendo en voz baja “Kael?? Estas aquí?” mientras cruzaba por la puerta.

Con algunas prendas colgando de sus brazos decidió adentrarse en el inmenso armario, parecía que podía caber el completo ahí dentro, acomodando algunas cosas aquí y allá fue cuando sintió que algo golpeo levemente su cabeza para luego caer al suelo y cuando se agachaba para juntar aquella pequeña caja fue que le pareció escuchar un golpe en la puerta “¿Quien será?” pensó durante unos segundos, pero al oír la voz de una de sus nuevas compañeras diciendo su nombre recordó aquel pequeño pacto que había hecho con Pandora y que al parecer ella había recordado cumplir. Enderezándose un poco pero aun permaneciendo inclinado observó hacia la puerta notando como esta se abría lentamente para dejar ver tras ella el rostro ya conocido de la ojiturquesa.
-Aquí estoy… si no desaparezco dentro de las inmensidades de este armario…-dijo riendo mientras se sacudía un poco la cabeza-… pasa…
Junto la curiosa caja del suelo la cual había dejado un pequeño dolor en su cabeza al chocar con esta y le sonrió a la recién llegada para invitarla con la mano a tomar asiento donde quisiese.
-Ordenaba algunas cosas y esto me cayó en la cabeza…
Acercándose a su mesita de luz tomo los lentes y se los colocó para abrir la caja que tenía en manos y dibujar una expresión de sorpresa al descubrir que se trataba de una caja de cervezas, con razón el golpe había estado bastante duro, pero había podido resistirlo quedándole en el presente solo un punzante dolor y tal vez un chichón.
-Supongo que algún alumno guardo esto aquí en vista de que estas habitaciones antes estaban vacios…-sacando las cervezas de la caja-… interesante…
Leyó el nombre de las cervezas por unos segundos y sonrió al notar que se trataba de una de procedencia alemana, la situación era chistosa y extraña a la vez, parecía que con la llegada de aquella joven su país natal había venido hacia él, pero eran solo tonteras, puras casualidades extrañas pero más que nada graciosas.
-Bueno ya que estaban aquí…-entregándole las cervezas-… si gustas, ahora el cuarto es mío así que técnicamente me pertenecen…-riendo-
Luego de entregarle la caja a la joven se sentó en su cama, era mejor curarse ese golpe, no vaya a ser que luego le trajese alguna complicación, esperando que no haya sido lo suficientemente fuerte para darle problemas en la emanación de energía se llevó una mano a la cabeza para auto curase rápidamente. (D20=4+2=6)
Su mano se iluminó pero en ese momento el dolor en su cabeza se hizo punzante, al parecer el golpe si había sido mas fuerte de lo pensado y el tal vez era un "cabeza dura", sonrió a su compañera para que no se diese cuenta del esfuerzo que estaba haciendo, pero no pudo evitar que algunas gotas de sudor bajaran por su rostro en señal de dicho esfuerzo, aun asi luego de un tiemp logro finalmente aplacar el golpe y bajo la mano suspirando largamente para luego volver a sonreir.
-Ya me dieron ganas de tomarme una...
Dijo a Pandora sonriendo ampliamente mientras se acomodaba el cabello y luego los lentes, quedando tan impecable como antes estaba.

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La maestra entro y miro a Kael saliendo del armario con un paquete, lo miro detenidamente y observo que eran heineken’s pandora se emociono al ver la cerveza alemana, el profesor le entrego las cervezas a la profesora, pandora las tomo y le dijo al profesor “si tienes la suerte de atraer cerveza creo que estaré mucho tiempo a tu lado” y rio un poco, con una sonrisa observo como el profesor se tocaba la cabeza y le comentaba a la profesora que estas cervezas le habían caído pro accidente en la cabeza, observo como el profesor usaba su poder para curarse pero tenia problemas para poder curarse, miraba como gotas de sudor caían pro su rostro, eso preocupo a pandora deja las cervezas en uno de las mesas que se encontraban cercas al parecer el profesor aplaco el dolor, pero pandora quería asegurarse de que estaba completamente curado.

Se acerco al profesor que aun se encontraba sentado en la cama, el le había pedido una cerveza, la maestra le contesto “primero déjame ver una cosa” y como mama le tomo la cabeza con delicadeza para observar el golpe, y al como ella sospechaba, había logrado aplacar levemente el dolor pero aun tenia el golpe en la cabeza, pandora sonriendo le dijo “como lo supuse, tienes un chichoncito en la cabeza” una leve risa se escapo de la profesora “haber no te muevas” le dijo al profesor, se do vuelta y busco un botiquín que todos los departamentos tenia en el baño, lo saco y regreso con el profesor, saco una botellita morada que era especial para aliviar los golpes.

Miro al maestro y le dijo “haber agacha la cabeza, esto tal vez arda un poco pero te ayudara” en un tono maternal le despejo el cabello donde tenia el golpe y le coloco la medicina, una ves que termino de aplicarlo le dijo al maestro “listo, eso debe aplacar el golpe en tu cabeza” sonriéndole al maestro. Guardo las cosas en el botiquín y lo regreso al baño salió y se dirigió a la mesa con las cervezas tomo una y la abrió, volteo con el maestro y en tono y mirada de mama le dijo “tu ahorita no puedes tomar, tendrás que esperar media hora a que te haga efecto la medicina… entonces te daré una cerveza” rio levemente. Comenzó a mirar alrededor y vio que aun le hacia falta acomodar cosas en el cuarto, pandora volteo a ver al maestro y le dijo “veo que aun te faltan muchas cosas por acomodar, tu no te puedes mover ahora, así que dime que es lo que debo de hacer” se trono los dedos lista para empezar a mover y acomodar cosas.

Luego de que la maestra bromeara diciendo que si tenía la suerte de atraer cerveza ella pasaría mucho a su lado, pareció nota que en realidad Kael había tenido algunas dificultades para llevar la curación a cabo. Acercándose a él le pidió que le dejara ver algo y entonces le tomo la cabeza casi como si de su madre se tratara. Ante este proceder, Kael solo se quedó en silencio con las cejas levemente alzadas mientras parecía verse realmente asombrado con la actitud de la muchacha, para que unos segundos después ella terminara por decir que era como lo sospechaba y que tenía un chichón, pidiéndole que no se mueva se dirigió rápidamente hasta el baño mientras él la seguía con la mirada, para de allá extraer el botiquín de primeros auxilios y de este obtener una botellita morada.
-Ohhh ya veo… si sentí que algo no estaba bien, pero no quería causarte problemas…-rascándose la mejilla-… gracias…
Agachó levemente la cabeza cuando ella se lo pidió y enseguida sintió como la joven maestra separaba sus cabellos cuidadosamente para colocar sobre el cuero cabelludo aquella crema que al mínimo contacto comenzó a arder levemente, pero a pesar de esto sabía que le traería alivio; después de todo, el sabía de esas cosas.
-Si lo sé, de nuevo agradezco la atención Pandora… pero no soy un niño…-riendo un poco-… aun así me esperare entonces…
Después de eso la joven maestra pareció recorrer la habitación con la mirada, realmente era un desorden y no es que el fuese así realmente, sino que apenas había tenido tiempo de acomodar algunas cosas antes de aquel pequeño incidente. Segundos después la escuchó decir que él no podía moverse así que debía decirle que quedaba aún por hacer, Kael solo sonrió un poco poniéndose de pie a su lado para palmearle el hombro.
-No estoy tan mal como para no poder moverme, aunque si agradezco tu ayuda, de ese modo… terminare más rápido.
Girándose hacia la cama tomó unas cuantas prendas que allí estaban para volver a adentrarse en las profundidades del armario a acomodar lo que aun restaba, mientras separaba ordenadamente cada tipo de prenda.
-Si quieres puedes ordenarme el escritorio… son las cosas que uso para las clases… ohh y también algunas cosas de mi interés, libros de temáticas diferentes… pero muy interesantes.
Luego de terminar de acomodar su ropa salió del armario cerrando la puerta suavemente para mirar a la maestra con una leve sonrisa, siempre se ofrecía amablemente a ayudarle, aquella joven mujer parecía tener un espíritu muy laborioso.
-Te agradezco de nuevo tu ayuda… espero no se me haga costumbre…-rascándose la cabeza-… ahora sí creo que ya ha pasado media hora…-dándole una lata a Pandora-… me gustaría que me cuentes algo de Alemania en estos tiempos, ya me arreglare luego para ordenar el resto…
Dicho esto se sentó en la cama mientras abría la lata de cerveza, dejando escapar aquel ruido que hacía un tiempo no oía ya y que delataba la deliciosa espuma de aquella bebida que le gustaba tomar de vez en cuando como buena forma de distracción e intento tal vez de olvidarse de los problemas de la vida.

El profesor se levanto de la cama diciendo que no estaba tan grave como para no moverse, y procedió a seguir limpiando y recogiendo el cuarto, pandora sonrió y le dijo “de acuerdo, pero si te sientes mal te recuestas” riéndose levemente, el maestro le había pedido que si lo podía ayudar ordenado un poco el escritorio, a lo cual pandora asintió amablemente con la cabeza y se dirigió al escritorio, comenzó a ordenar muchos libros y papeles que el profesor tenia en una caja, los sacaba y los ordenaba en el estante arriba del escritorio. Mientras sacaba y acomodaba se cruzo con lo que parecía ser un cuadro pequeño, pandora con una mirada un tanto curiosa la observo y se dio cuenta que era un retrato familiar. Pandora lo observo detenidamente, pronto se dio cuenta que era una foto familiar era el padre y madre de Kael pero algo era raro en la foto, había dos niños, ambos exactamente iguales lo único que diferenciaba uno de otro era que uno usaba lentes y el otro no, miro la foto detenidamente y se dio cuenta que era Kael.

La maestra se sonrojo levemente al ver la foto del profesor cuando era niño, pero algo llamo su atención, observo detenidamente al otro niño, era exactamente igual al profesor, la cara de pandora cambio drásticamente a sorprendida “acaso será…. Kael tiene un hermano… gemelo?” pandora permaneció un momento observando la fotografía detenidamente, mientras su cabeza se llenaba de ideas “será?.. podría preguntarle… pero.. no quiero ser imprudente…”. Con dudas en la cabeza le tomo por sorpresa cuando escucho la voz del maestro sin darse cuenta se enderezo de brinco como si un escalofrió recorriera su cuerpo, el maestro le pidió a la profesora si ella podía contarle cosas sobre si tierra natal de Alemania.

Pandora coloco cuidadosamente la foto en el escritorio, procurando que el maestro no se diera cuenta que ella la había visto, tomo rápidamente mas libros acomodándolos digo de espaldas al profesor en un tono algo nervioso “aaaa… pues… Alemania…" dio la vuelta y vio que el profesor le tendía una lata de cerveza a la profesora, ella la tomo y la abrió recargándose en el escritorio, después de eso dijo “pues Alemania…. Es mas hermosa que nunca, con la aceptación de los mutantes, parece un país utópico donde los humanos y las personas con dones viven en armonía unos con otros, claro no puedo decir que no existe el mal, pero es muy raro ver algún tipo de maltrato en la calles somos muy solidarios entre nosotros….. y pues….que quieres saber de ella?” le dio un sorbo a la lata de cerveza mientras esperada la repuesta de su compañero.

Mientras bebía el primer sorbo de la cerveza cerró los ojos con una leve sonrisa disfrutando su sabor, hacía mucho tiempo que no bebía una buena cerveza alemana y esas eran de las que más le gustaban. Escuchó como la maestra parecía titubear por unos segundos como si estuviese nerviosa y alzo las cejas levemente para dirigir su mirada hacia ella, para luego oír con atención lo que tenía para contarle de su tierra natal.
Dibujó en sus labios una sonrisa de satisfacción al oír lo que la ojiturquesa contaba acerca de la aceptación de los mutantes, realmente Alemania era una potencia en casi todos sus aspectos, a pesar de haber sido destruida en la guerra, pudo ser capaz de resurgir de las cenizas casi como el mismísimo ave Fénix para llenarse de de ideales de progreso, de promesas para el futuro y de aceptación a los cambios.
-Con eso es suficiente querida compañera…-dijo contestando a la pregunta de ella-… realmente que allá se haya logrado la aceptación y que todos puedan vivir en paz… sin conflictos… ayudándose entre sí, es un ideal que me gustaría que se cumpliese también aquí, aunque claro… por aquí las cosas están más difíciles…-bebiendo un sorbo más-…. Espero que pronto este país pueda seguir ese buen ejemplo…
Dicho esto se puso de pie y acercándose a Pandora chocó las latas de ambos con una gran y alegre sonrisa dibujada en su rostro.
-Brindemos por eso… querida compañera…
Después se le quedó viendo unos segundos a la joven docente, sin darse cuenta casi de manera fija, sin saber si por su espíritu alegre o por el alcohol circulando en su sangre, comenzó a recordar la misión a Bulgaria y como la joven mujer cambiaba de forma una y otra vez. Pensándolo bien era divertido poder imitar a las demás personas y hasta confundirlas con una forma diferente, si, su espíritu bromista parecía estar queriendo salir a flote a menos por unos minutos, en medio de toda las preocupaciones que en los últimos días acechaban a los docentes y dirigentes de la academia; distenderse de ello no parecía ser una mala idea.
-Tú eres metamorfo ¿verdad?...-se acerco un poco más para mirarla más fijamente casi como si estudiara su rostro-… es increíble cómo puedes cambiar de aspecto tan fácilmente…-bebiendo un sorbo mas-… sería posible… ¿Qué me copiaras a mi?...-riendo de repente-…. Creo que sería realmente gracioso… que alguien con mi forma anduviese sometiendo a Patrick como tú lo hiciste…
Dicho esto rió con ganas recordando como la joven maestra le había pegado unos buenos coscorrones a su amigo, ya olvidándose del peligro del momento, y si se ponía a pensar en ello, algunas situaciones de la misión vistas desde otro punto podían llegar a resultar hasta graciosas, aunque extrañamente todas ellas involucrasen a su amigo y a la joven ojiturquesa recientemente llegada a la academia.

El maestro de los ojos dorados se alegraba de escuchar de su tierra natal, como después de la guerra se había convertido en una tierra pacifica casi utópica, esperando que un día ese país en donde ellos se encontraban podía seguir el ejemplo. La peli negro dio un sorbo a su bebida y le dio una sonrisa al profesor aprobando levemente con la cabeza, el profesor se acerco a ella y choco las 2 latas juntas en forma de brindis ella con una sonrisa le dijo al profesor “Prosit” y le tomo un sorbo a su bebida.

El maestro se le quedo mirando un momento a la maestra de manera casi fija, una gota caía por la cara de pandora estaba algo nerviosa pensando “se habrá dado cuenta de la foto?.... espero que no.. no quiero que piense que me meto en lo que no me importa…” pasaba el tiempo y al maestra se ponía mas nerviosa sonrojándose levemente llena de nervios. Pandora cerro los ojos en forma nerviosa cuando escucho al maestro de cabellos dorados “eres metamorfa verdad” pandora abrió los ojos de golpe y libero un sonido “aa?” haciendo una cara despistada reformo la pregunta en la cabeza y respondido “o se, tengo la habilidad de cambiar mi cuerpo a cualquier persona o animal” y le sonrió al maestro de forma algo nerviosa.

El maestro le decía que tan asombroso era que ella pudiera cambiar de cuerpo a lo que ella quisiera, la pelinegra se sonrojo y le dijo “no es tan sorprendente pero… muchas gracias” sonrió y le dio un sorbo a la lata de cerveza cuando el maestro le propuso si ella se podía convertirse en el y sometiera al profesor Patrick, ella bajo la lata y le asintió con la cabeza diciendo “claro que puedo, seria divertido poner a Tauro en su lugar como en la misión” se rio divertidamente la maestra procedió a acercarse a Kael para observarlo detenidamente, tomo su cara para ver sus facciones faciales y sus ojos, el colore correcto del cabello y entonces dijo “de acuerdo con eso es suficiente” (dado 9 + 2 = 11) pandora procedió a hacer la trasformación.

Pandora había logrado copiar la estatura el cabello y la compostura pero… no estaba conectada al 100% pensaba en el niño de la fotografía, en el hermano gemelo de Kael, sin darse cuenta había terminado la transformación pero no era Kael en el que ella se había transformado, sino en su hermano en una versión adulta del hermano gemelo de Kael. Ella sin darse cuenta abrió los ojos y le dijo en un tono feliz a Kael “y bien que te parece mi transformación” esperando la reacción del profesor.

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Notó como la ojiturquesa se sonrojó levemente luego de que él admirara las características de su poder y viendo esto solo pudo dedicarle una sonrisa amable, a pesar de los años que llevaba en la academia no había conocido un metamorfo, por lo que de cualquier forma le llamaría la atención.
Después de lo que él le propuso ella pareció verse entusiasmada con la idea, pero sin darse cuenta había estado pensando en voz alta, rió un poco para después de beber un sorbo mas mirarla con una mirada serena.
-En verdad no te pediría que le hagas nada a… ¿”Tauro”? Sin motivo alguno.... es solo que recordé las cosas sucedidas en la misión…. Creo que estaba pensando en voz alta… aún así sería interesante.
Rió un poco más y después vio como ella se cercaba él para tomarle el rostro, parecía estar estudiando sus facciones así que solo permaneció en silencio observándola a los ojos mientras se dejaba examinar. ¿Por qué le había pedido eso a su compañera? Ni él lo sabía, pero tal vez el albohol que ya circulaba en su sangre le había querido desear traer de nuevo viejos recuerdos aunque nada tuviesen que ver, alguien igual a él había existido alguna vez en el mundo y a la vez eran tan diferentes como nadie más podía serlo.
Su rostro se enserió un poco más en ese momento, no quería hacerlo pero de vez en cuando ciertos recuerdos desagradables volvían a su conciencia, invadiendo su mente, cambiando su estado de ánimo. Realmente convivían en el dos tipos de personalidades de las cuales una se mostraba más que la otra, era la más común, era la más propia, sin embargo, había una más, una más dura, más rígida y violenta, una personalidad que no era del todo propia, pero que reconocía y aceptaba tal vez como el único recuerdo casi tangible del que alguna vez había sido su hermano gemelo, y que sin saber como parecía habérsele transferido al momento en que este falleció, tal vez por el dolor, tal vez por el trauma… tal vez por el simple hecho de ser gemelos.
En medio de sus pensamientos había escuchado como la ojiturqesa le había dicho que era suficiente y solo había asentido con la cabeza, casi sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor ¿Por qué esos recuerdos lo perseguían? ¿Por qué no le dejaban vivir en paz? Intentaba aceptar la muerte de su hermano, pero al parecer hasta el día presente era algo que no había logrado; más aún con aquella parte de sí que guardaba siempre muy en el interior de su ser.
Finalmente levanto la vista que se le había nublado un poco, quitándose los lentes para evitarse la molestia, dejándolos sobre la cama volvió a dirigir su mirada hacia su compañera y en ese momento sintió como un escalofrío recorría su cuerpo entero. “¿Qué es lo que estoy viendo?... esto… ¿puede ser posible?” frunció el ceño notoriamente, una especie de extraña ira comenzaba a surgir en medio de su estómago, el no era así, no solía comportarse así y sin embargo allí estaba.
Dio unos pasos para acercarse al sujeto que tenía enfrente ¿era eso posible? Lo miró detenidamente; cabellera rubia, su misma altura y complexión, pero sus ojos, aquellos ojos mixtos que no había visto en años, que nunca había vuelto a ver… un ojo dorado como los suyos y el otro de un marrón tan vivaz como ningún otro ojo era capaz de poseer.
-H-Heller…
Susurró aquel nombre sintiéndose extraño con si mismo ¿Cómo podía su hermano estar ahí? Su hermano había muerto hacía años, e aquella persecución inquisidora hacia ellos, en aquella persecución en la cual había dado su vida para protegerlo; a él que había sido débil a él que no había sabido defenderse… ni siquiera sus padres sabían de esa culpa que había cargado por años, se la había guardado para sí, alimentando la tristeza, desarrollando en él una personalidad que en verdad no le era propia.
-¡¿Q-Que es esto?! –exclamó arrojando la cerveza al suelo-… ¿Cómo es posible?… ¡¿te estás burlando de mi?! Esa forma…. No deberías conocerlas… ¡no deberías siquiera pensarla!
Retrocedió unos pasos sin dejar de ver aquellos ojos, sintiendo como la ira le invadía, pero no era hacia ella, no, era ira hacia sí mismo, se odiaba por que su hermano hubiese muerto protegiéndolo, sin que el pudiese haber hecho nada… solo observando como aquella orda se apoderaba de su vida sin razón.
-¡Maldición!... maldición… Heller ¿porque?.... no debiste…. ¿Por qué...?
Se dejó caer en el suelo sujetándose la cabeza con ambos puños, desatando sin querer su cabello, apretando los ojos con fuerza intentando controlarse, la rabia y el dolor que lo habían invadido era demasiado; si su hermano no hubiese muerto en aquel entonces muy posiblemente se vería así como esa imagen que ahora tenía frente así… cuanto podía haber crecido, cuan útil le habría sido al mundo un apersona como él, valiente, que siempre iba al frente enfrentándose a todo y a todos, sin importar nada… siquiera su propia vida.
-Debí haber sido yo… yo debí morir… solo yo…
Se quedo en rodillas sobre el piso apretando los puños alrededor de su cabeza mientras sus rubios cabellos caían sobre su rostro cubriéndolo por completo, en momentos así se odiaba a él mismo, y cargar con aquella culpa era algo que lo martirizaba, lo había hecho desde que era niño y seguiría haciéndolo hasta el momento de su muerte.

La maestra esperaba a ver al reacción de su compañero, esperaba haberlo hecho bien y en efecto el maestro estaba sorprendido pero no de la manera que ella se esperaba, escucho el nombre de “héller” la maestra quedo pasmada y dijo “Heller?” la maestra no tardo en terminar cuando el maestro había arrojado su bebida al suelo ella quedo desconcertada y mas aun cuando su compañero comenzó en tono serio a exigirle si ella se burlaba de el y como era posible que ella conociera esa forma. La peli negra estaba atónita no sabia que estaba pasando según ella había logrado transformarse en su compañero pero algo mas estaba mal, buscaba rápidamente un espejo para poderse ver en el y ver cual era el problema con su transformación.

Miraba rápidamente alrededor del cuarto, intentaba encontrar algún espejo en lo que pudiera ver su reflejo pero por desgracia no había nada a la mano, no fue hasta que comenzó a escuchar a su compañero decir una y otra ves ese nombre junto con la palabra por que… la peli negra quedo atónita nunca pensó que podía ver a su compañero en esas circunstancias, no lo conocía mucho pero en lo que ella tenia de tratarlo el pro lo general era una persona alegre. El maestro se desplomo ante los ojos de la peli negra en el suelo, ella se des consterno mucho se acerco a el para poder ayudarlo, fue cuando escucho al maestro decir “yo debí morir” que pandora quedo en estado de shock, el maestro aun permanecía en el suelo con las manos en la cabeza.

La maestra lo miro un momento para después aun con la apariencia de su hermano abrazarlo para intentar calmarlo mientras le decía “todo estará bien … no te preocupes”. Pandora entonces giro la cabeza ligeramente hacia la derecha, y logro ver un espejo que se encontraba en el baño de la habitación, ella quedo pasmada con lo que vio, no era Kael en lo que ella se había transformado, sino en el niño que se encontraba en la fotografía anterior, al parecer era el niño llamado Heller, rápidamente pandora supo por que había salido mal la trasformación, no había dejado de de pensar en el niño de la foto por lo tanto las transformaciones se mesclaron. La peli negra estaba realmente apenada ya que en ese momento al parecer se dio cuenta que era persona tan especial para Kael estaba muerto y el profesor se culpaba por ello, pandora no podía hacer otra cosa mas abrazarlo e intentar calmarlo.

Inmerso en un repentino mar de dolor martirizante sintió como unos brazos lo rodeaban, un calor un tanto cálido lo acerco a un cuerpo tan cálido como aquellos brazos, para después escuchar que una voz suave pero grave a la vez le decía que todo estaría bien ¿era esa la voz de su hermano? ¿Era esa la voz de su otra mitad? De repente se sentía confundido, fuera del mundo, quería desaparecer, sabía que si pudiese volver el tiempo atrás las cosas serían tal vez diferentes; él deseaba esforzarse en ello, pero ya nada se podía hacer.
-¿Por qué tuvo que suceder así?... ¿por qué él?... ¿Por qué yo?
Apretó los ojos con fuerza para después subir sus brazos lentamente y abrazarse a aquella figura que tenía enfrente, realmente le dolía en el alma pero de alguna extraña y tal vez pequeña forma, le hacia un poco bien tenerlo frente a sí, poder abrazarlo como si el realmente estuviese ahí. Se aferró a quien tenía frente a si durante algunos segundos para después separarse lentamente, poniéndose de pie bajo la mirada al suelo, logrando que su cabellera cayera por los costados de su rostro, cubriendo sus ojos mientras apretaba levemente los puños.
-Quítate esa forma… quítatela…
Esa era la verdad, podría alegrarse de volver a verlo, pero en cambio solo se sentía más culpable, mirándose a si mismo se culpaba de su muerte, mirándose a un espejo se odiaba a sí mismo y a su rostro, a su apariencia ¿Por qué debían ser iguales? ¿Por qué debía llevar el rostro de quien había muerto por su culpa? Lo sabía, era un castigo, para que nunca pudiese olvidarlo, para que siempre cargase con aquello, para que nuca pudiese sentirse en paz.
-Me lo merezco… lo sé…
Suspiró largamente para después acercarse a la cama y sentarse apoyando los codos sobre sus rodillas, intentando calmarse, intentando disminuir su ritmo cardíaco que se había elevado de repente y su respiración que se había acelerado un poco. No le gustaba esa parte de si, no le gustaba ponerse así ni perder sus estribos, el era una persona pacífica y lo había sido a pesar de todo, siempre lograba contenerse, y no dejarse derrumbar de tal forma, pero al parecer ver aquella imagen había sido demasiado impresionante para sus memorias.
-Disculpa por esto… compañera… perdóname por favor…
Llevándose ambas manos al rostro lo cubrió para después bajarlas lentamente, para después con una mano refregarse un poco los ojos, quitando cualquier humedad que sus dorados ojos hubiesen podido dejar salir, para después dibujar una leve sonrisa en su rostro, aunque se viese triste estaba sonriendo, subiendo suavemente la mirada hacia ella, sintiendo como su cuerpo se estremecía levemente mientras intentaba volver a centrarse sobre su eje y volver a ser la persona calmada que siempre había sabido ser.

la peli negra continuaba intentando calmar al maestro mientras este aun repetía palabras de culpa, pandora solo podía arquear las cejas con cara de tristeza, abrazaba fuertemente al profesor cuando sintió como el regresaba el abrazo hacia ella, abrió ligeramente los ojos mientras una ligera sonrisa se dibujaba en el rostro de ella pensando “estarás mejor…”. Sintió como el maestro la soltaba y se ponía de pie, ella seguía de rodillas viendo la profesor mirándolo por unos instantes, se puso de pie la peli negra y antes de poder pronuncia algo el maestro le ordeno en tono serio que se quitara esa forma. Pandora desconoció por unos instantes la persona que se encontraba frente a ella no era la persona amable que había conocido hace unos días, era otra completamente diferente.

La cara de la peli negra se entristeció estaba realmente apenada pro lo que había hecho, había mentido la pata sin intención de hacerlo. Agachando la mirada en vergüenza regreso a su forma natural, escucho a su compañero decir que el se merecía tener ese recuerdo presente, el recuerdo de tristeza, la peli negra quería decirle que no era cierto, que no era su culpa pero por desgracia abría la boca pero ninguna palabra podía salir de ella, se sentía culpable por todo y no sentía que tenia cara para poder confortarlo.

Miro como el maestro se sentaba en la cama intentando calmarse, mientras le este se disculpaba ante ella, intentando levantar para mirarla con una sonrisa en su rosto que la hiso sentirme aun mas mal ya que no era una sonrisa triste y forzada, la peli negra después de ver esto solo puso agachar la cabeza e inclinarse un poco hacia enfrente de tal forma que sus cabellos frontales caían hacia enfrente levemente para tapar su rostro mientras ella le decía a su compañero “no tienes por que disculparte, todo esto fue mi culpa… se lo que se siente perder a un ser amado frente a tus ojos, por eso… te pido que me perdones” se dio la vuelta ya que no podía ver al maestro triste por una impertinencia suya. Sin poder evitarlo una lagrima salió de su rostro pero este no fue por vergüenza sino por un recuerdo que ella tenia, el ver al maestro quebrado pro una persona muy querida le recordó aquel día en que a ella le sucedió exactamente lo mismo.

El recuerdo de aquel día comenzó a invadir su mente, intentando no incomodar mas al maestro solo le dijo aun dándole la espalda “ entenderé si no deseas volver a verme… disculpa” termino de decir esto y se dirigió hacia la puerta de la habitación esperando que u compañero pudiera olvidar el incidente.

Pudo ver como la pelinegra agachaba lentamente la cabeza, provocando que su larga cabellera se moviese y que algunos cabellos color azabache cubriesen su rostro de la visión de él. La escuchó decirle que no debía disculparse, que todo había sido culpa suya, que ella sabía bien lo que era perder a un ser amado sin poder hacer nada, para después darse vuelta, ocultado aun más su rostro de la visión de él; Kael lo había notado, ella estaba realmente apenada.
Un silencio un tanto incómodo y un tanto melancólico se apoderó de repente de aquella habitación, el rubio aún no se sentía el mismo, aun parecía gobernar en el esa parte suya más hostil, aunque intentaba volver en si no podía lograrlo sintiendo tal rencor repentino hacia sí mismo, y aunque la viese así, no podía moverse. Normalmente, si fuese en otro momento habría ido hacia ella para decirle que todo estaba bien, que no era su culpa, que eso lo sabía perfectamente, es natural que cada persona tenga sus propios demonios acechándolo y algunos los tienen más grandes que otros, pero aun así solo pudo dejar caer sus brazos a ambos lados.
Escuchó como la pelinegra caminaba hasta la puerta mientras decía que entendería si no quería volver a verla y en ese momento se puso de pie, levantando un poco la vista notó como ella abría la puerta y con un movimiento brusco se le acercó para apoyar una mano en la madera y cerrar la puerta violentamente frente a sus ojos.
-No huyas…
Una voz un tanto más grave que la normal escapó de sus labios, su largo flequillo le cubría los ojos y no era posible verlos debajo de ese aspecto sombrío que parecía portar, cerrando el puño lentamente tomó con la otra mano un brazo de la ojiturquesa para girarla bruscamente, aún ocultando sus ojos de ella, ni aunque fuese más alto sería capaz de verlos.
-Si dices que eres culpable… entonces haz algo para remediarlo… no huyas así como así…
A pesar de todo el había oído bien las palabras de la joven docente, y el hecho de que ambos parecían haber pasado por algo similar le hacía saber de alguna forma que ella conocía ese tipo de dolor y que tal vez lograsen entenderse por aquello mismo.
-Te propongo algo… vayamos al bar como habíamos quedado, a distraernos un poco.
Mientras decía esto, levanto un poco mas su cabeza de modo que su cabello se corriese dejando ver nuevamente sus ojos, que no parecían tener el mismo brillo de siempre, pero la miraban fijamente; como si en los ojos turquesas de Pandora el buscara ver los hechos de su pasado. Quedándose en silencio espero una respuesta por parte de ella mientras retiraba su mano de la puerta, volviéndola a liberar mientras retrocedía un paso, ya que anteriormente casi sin fijarse se encontraban ambos a escasos centímetros de distancia.

Caminaba hacia la puerta con mucha vergüenza no quiera seguir importunando mas a su compañero, con una lagrima en su rostro abrió la perta pero a medio camino de abrirse sintió que algo cerraba la puerta muy abruptamente haciendo que sus ojos abrieran rápidamente volteo a ver que era lo que provocó ese fuerte azote con una cara de sorpresa de tratarse que era su compañero de ojos dorados mientas le decía que no huyera de el.

La peli negra quedo paralizada ante tal reacción quería hablar pero las palabras no podían salir de su boca, miraba su rostro el cual era algo sombrío y causaría algo de temor ante cualquier persona era algo que creyó nunca pasaría con esa persona de mirada tan especial, lentamente quiso retroceder cuando sintió que el oji dorado tomo con una mano uno de sus brazos fuertemente impidiendo que ella pudiera escaparse de el, se encontraban a unos poco centímetros de distancia la peli negra no quería lastimarlo pero también tenia que estar alerta por si el hiciera algo peligros ante ella. La peli negra abrió los ojos cuando escucho las palabras de el pensando “tiene razón, no debo huir… no debo ser una cobarde… después de todo fue culpa mía que el reaccionara de esa forma” sin poder evitarlo volvió a recordar lo que había pasado esa noche hace varios años atrás haciendo que en sus ojos reflejaran un leve dolor.

Escucho la proposición del maestro de salir a un bar a ahogar sus penas levantando la mirada dejando que ella viera de nuevo sus ojos, la cara de la maestra se entristeció levemente cuando vio los ojos opacos de su compañero y sin poder evitarlo agacho levemente la mirada fue cuando sintió como el maestro la soltó y retrocedió unos pasos, subió su mano contraria hacia donde el maestro la había tomado sobando levemente ya que la había tomado con lago de fuerza pero no lo suficiente como para lastimarla fuertemente. Levanto la mirada y le dijo al maestro “de-de acuerdo… si eso ayuda a que me perdones por mi imprudencia… vamos” de nuevo agacho la cabeza para limpiarse con una mano las lagrimas que habían caído de su rostro.

Tomo la perilla de la puerta para abrirla y voltear con el maestro desviando un poco la mirada ya que aun estaba apenada por lo que había sucedido y le dijo “vamos?...”arqueando las cejas y con una leve sonrisa algo apenada en su rostro, esperando que el maestro tomara todo lo que necesitaba y salir por la puerta había el bar.

Continuó observándola fijamente y en silencio mientras notaba como ella subía una mano a su brazo para sobarse el lugar en que él la había tomado, tal vez había empleado demasiada fuerza en aquel agarre, pero en el estado en que se encontraba no era capaz de disculparse como lo habría hecho normalmente.
La pelinegra volvió a mirarlo a los ojos para decirle que estaba de acuerdo si eso lograba que la perdonase por su imprudencia y ante esto Kael solo pudo quedársele viendo con algo de sorpresa, pero que no se reflejaba de forma notoria en su rostro ¿Cómo aquella mujer que se veía tan valiente en aquella misión a Bulgaria ahora parecía verse tan frágil frente a él? La miro agachar nuevamente la cabeza para limpiarse algunas lágrimas y solo dejo escapar un leve suspiro ¿Cómo él era capaz de ponerse a pensar eso? ella había dicho claramente que también había sufrido y muy probablemente esa era la razón de que se encontrase en aquel estado; después de todo ella parecía ser una persona alegre.
Sacudió levemente la cabeza mientras sus cabellos volvían a cubrirle los ojos momentáneamente hasta que escuchó como ella le preguntaba si ya podrían irse, tomando la perilla de la puerta con la mano, esperando allí a que el tomase lo necesario, y en silencio así lo hizo. Tomando solo su billetera que se encontraba sobre el escritorio se acerco hacia la puerta, deteniéndose antes para toma un abrigo del armario, guardando la billetera en el bolsillo mientras cerraba la puerta en silencio, girando la llave lentamente, como si de un movimiento amenazante se tratase, aunque en realidad no podía estar más lejos de serlo.
-Vamos…
Solo dijo aquello con un tono bajo para después comenzar a caminar lentamente por el pasillo, sin mira a quien iba con él, aun lo dominaba esa parte hostil, aun parecía muy implantada en sus movimientos y al parecer no se iría por un buen rato; solo muy en su interior esperaba que el aire freso de la noche y los ruidos de la cuidad lograsen distraerlo lo suficiente para que pudiera volver a ser él mismo cuanto antes.