Continuación de Paseo Nocturno [Priv. Liam]

En la caminata que tuvieron hasta la casa habían tenido una buena charla, el hombre era bastante interesante, le caía muy bien si le llegaban a preguntar. Sus manos estaban juntas tras de él, jugueteando con sus dedos en lo que se dejaba guiar por el mayor. ¿Miedo? No, no lo tenía, si le era necesario usaría de alguna manera sus poderes para salirse de esa situación, claro de ser necesario.

Se inclino un poco para adelante mirando el interior del departamento, notando como estaban perfectamente separados la sala, cocina y comedor. “Es lindo.” Comento ya por fin pasando al lugar. Como imagino, el hombre tenia todo un librero repleto con quien sabe cuántas obras literarias en el. Pero lo que le llamo mas fue el gato que estaba rondando por ahí. Sintió la necesidad de acercársele y tomarlo en brazos, mas este ya se había alejado de ellos y se fue a la cocina.

Que mala suerte, el había querido agarrarlo con anterioridad. Ni modo. “Tu gato es bonito.” Comento al ver por donde se había ido, después escuchando el que le comentaba de hacerle un café, bueno, el prometido café. Sonrió un poco encogiéndose del hombro derecho un poco. “¿Quieres que te ayude o algo?” Comento acercándose a la puerta de la cocina, mirándole desde el marco.

Hizo un leve puchero cuando le menciono aquello, quedándose en el marco de la puerta mientras lo esperaba. “Si yo quiero ayudarte.” Le menciono desde su posición pero lo comprendía, sabía que el otro tan solo estaba siendo caballeroso con él. Ahora es cuando se preguntaba con cuantas personas habría pasado por lo mismo aquel hombre. ¿A cuántas las habría llevado ahí y les habría ofrecido un capuccino como el que el estaba tomando entre sus manos?

Frunció los labios un poco olisqueando el café primero. Olía demasiado rico, y caliente con ese toque como de… ¿Conocimiento? Buscaba una mejor palabra con la cual describirlo pero aun no la encontraba. Era un tanto…dificultoso.

“Bueno, considero que me gusta más caliente que solo un poco tibio.” Y no lo pudo evitar, sus palabras habían salido en un doble sentido bastante marcado, jugando con la boca de la taza. Aun así, soplo levemente sobre esta, espabilando el humo que salía de la taza y después le tomo un poco disfrutando el sabor del café.

“Mm, esta rico. ¿Trabajaste en cafetería antes o es que así te enseñaron a hacerlo?” Pregunto notando el buen sabor de la bebida.