Paseo nocturno [Privado]

Los días en la academia fueron…normales. De hecho no tenía nada de haber llegado así que por ahora no podía juzgar completamente ese lugar. América era muy distinta a Inglaterra en demasiadas formas. Allá hasta juraba que eran más tranquilos, aquí todos eran más alebrestados y se ponían a hacer fiesta a cualquier cosa que se les pasaba por delante. Hasta tenían días festivos para las cosas más tontas.

En fin, ahora no era momento para ponerse a pensar en ello. Sus ojos se fijaron en la luna que resplandecía esa noche. Según, debería de estar en la academia a esas horas, pero se había ido a dar una larga vuelta al parque después de haber escuchado por ahí que era muy lindo el de ahí. Ciertamente si era muy lindo, mas con la luz de la luna llenándola, aunque no comparable con los parques a los que ya estaba acostumbrado.

Por ello era que el joven seguía caminando esperando encontrar ese algo que tanto decía la gente.

Se miro el reloj holográfico en la muñeca, con el podía estar mas cómodo para caminar en la calle sin que se dieran cuenta de que su piel era un tanto…especial. Por lo menos así no tendría que forzarse mucho a tener la piel durazno en lugar de la azulada que siempre poseía. Eso ya era muy bueno.

Estaba perdido en sus pensamientos cuando sintió como le tomaban una parte del brazo. Rápidamente volteo a ver quién era el que le llamaba la atención, observando a un rubio alto a un lado de el. Alzo un poco la ceja con curiosidad.

“No, no fumo.” Le contesto al hombre alzándose un poco de hombros después de ello. Sin poder evitarlo, sus ojos repasaron el cuerpo del profesor, llegando a la sonrisa de este. El hombre era apuesto, debía de aceptarlo, aunque se mirara mucho mayor que él, tenía una cierta apariencia llamativa el hombre.

“Igual, no creo que encuentre por este lugar muy fácil, diciéndolo porque ya es de noche y muchas de las personas que andan por acá lo menos que quieren es fumar.” Señalo a una pareja que estaba besándose en las cercanías. “¿Ve a lo que me refiero?”

“No es nada nuevo” Afirmo aun después de subir sus hombros un poco encogiéndose. “La típica pareja que nada mas mira que la noche cae, quiere irse a esconder en los parques en busca de intimidad.” Aunque para él, si querían algo de intimidad no iría a un parque público, si no a un hotel donde estar más cómodos, en una cama mucho más suave que el césped…pero quien sabe, la adrenalina era muy buena para la relación.

“En este caso, es cuando los solteros y solos como dice usted, se encuentran mínimo para soportar la soledad y las…imágenes un tanto subidas de tono.” Hablando justamente de aquellos que ahora estaban en su mundo como exhibicionistas. “Y no es por nada pero, ¿No le gustaría pasear un rato conmigo? Siento que el voyerismo ahora mismo no es lo mío y tiendo a pensar que no solo se quedaran en besos. ¿Me comprende no?”

Le sonrió un tanto travieso. Le daba risa el pensar que terminarían follandose en medio de la empedrada o algo por el estilo.

Se paso un poco del cabello para atrás, dejando la parte frontal cubriéndole como siempre un lado de la cara. Eso de actuar a ser espectador no causo más que una risilla un poco cómica saliera de sus labios, pues había sido una muy buena broma.

“¿Entonces porque esperar?” Se movió un poco dándole paso al profesor, moviéndose el también para comenzar a caminar. ¿Por qué invitaba a un hombre a pasear con el por el parque? Simple, estaba aburrido, el parque se miraba vacio y el adulto era atractivo. ¿Por qué dudar entonces tener una caminata con él? Ya después regresaría a la academia como si nada hubiera pasado.

“Lo que me recuerda. Soy Liam ¿Y tú?” Por un segundo olvido la diferencia de edades y se dirigió a él como si fuera un igual, comenzando a tutearlo sin vergüenza. No siempre lo hacía, por lo general era muy propio, pero si iban a dar una larga vuelta, no veía nada de malo el hacerlo. Además contaba en que solo por esa ocasión lo llegaría a ver.

Se rio un poco. A nadie le interesaba saber el significado de su nombre, era algo que nadie le había preguntado y sinceramente le llamo un poco la atención el que ahora este le preguntara lo que era. “La verdad no tengo ni idea. Nunca antes me lo habían preguntado, por ello no tenía la intensión de ponerme atento a saber qué era lo que significaba mi nombre.” Sintió como el viento comenzaba a soplar suavemente comenzando a juguetear con algunos de sus cabellos. “Después lo investigare y te lo diré…a menos que lo sepas tu.”

Escucho el nombre del individuo grabándoselo por lo menos en ese momento, después no imaginaba que necesitaría saberlo. Eso o los datos más esenciales de su existencia. “El placer es mío Andréi.” En el camino se encontraron con varias parejas de jóvenes tomados de la mano y mimándose en extremo. Ok, ¿Cuándo entraron al parque del romance sin que él se diera cuenta?

“¿Y que hace un hombre solo en el parque? ¿Tan solo dando una vuelta?”

El otro chico tenia una risa muy bonita a pesar de que la reprimía con elegancia, no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios mientras le escuchaba hablar- Es que me parece un nombre lindo y peculiar...-dejo salir una suave carcajada- No, no tengo idea de que significa pero me gustaría que si encuentras el significado me lo hagas saber -conversaba de buena manera, amable, caminando lentamente al lado del ingles.

Cuando aparto la mirada del chico, la paseo por sus alrededores dándose cuenta que a donde quiera que volteara veía parejas de la mano, besándose o en una actitud muy romántica. Tal vez era demasiado amargado o exigente en lo que se refería a temas sobre amor y pareja.

De nuevo volvió a escuchar la voz del menor por lo que le miro con atención- Pues nada en especial...iba rumbo a mi departamento pero es una noche hermosa y no me apetecía llegar a encerrarme -dejo escapar un suspiro- Creí que era una buena idea para conocer a alguien y miranos, terminamos conociéndonos -al menos tenia la compañía de alguien tranquilo o eso parecía- Eres de Reino Unido, ¿cierto? -pregunto con curiosidad.

“Gracias, eres muy amable al decirme eso.” Se rio un poco por debajo cuando escucho sobre su nombre. “Después cuando tenga tiempo lo busco, claro si es que nos volvemos a ver, puede ser esta una caminata de solo una noche y después no volvernos a ver, ¿No lo crees?”

Jugueteo un poco con las palabras, para escuchar lo que decía el otro sobre su paseo. “Es que estar encerrado es muy aburrido, mas en una noche tan clara donde se puede disfrutar de cosas mejores que estar encerrado mirando la televisión.” Pasaron junto a unos árboles que marcaban un camino más rudimentario entre ellos, como que era uno donde no se metían muchas personas y por ello no se dignaron a arreglarlo como los más solicitados. Sin pensarlo se desvió por ahí.

“Así es, Liverpool para ser más exactos, y por lo que miro tu tampoco eres de aquí. Tu acento se me hace demasiado conocido.”

“Desde ahora te digo, no conozco este parque, solo estoy siguiendo mi instinto. Si de repente miras que me acerco a un precipicio, dímelo.” Le advirtió desde abajo, sonriendo un poco. Por lo general Liam era un tanto más…callado y paciente, pero le estaba llamando la atención aquel hombre, más por el punto de que de ahí en adelante podrían no verse mas. Es una de las mejores ventajas.

“Gales, vaya, entonces por ello medio reconocía el acento.” Le miro un tanto sorprendido. Estaban pasando por un sendero lindo, pero sin personas ya, era más cómodo pues no estaban las parejillas dando vueltas por ahí como si fuera un hotel o el crucero del amor. Sintió el viento removiendo sus cabellos y como algunas hojas caían de los arboles lentamente.

“Es un rico clima. De verdad dan ganas de estar aquí.”

Se rio un poco ante el comentario de seguirlo, eso sonaba bien por parte de un desconocido. “Luego no te quejes si resulto ser un secuestrador o algo por el estilo. Tu solo me estas siguiendo.” Comento en una risilla sana, siguiendo.

Entonces por eso su acento era distinto. Después de estar en Estados Unidos podía modificarse un poco el acento, pero aun así se denotaba que era europeo.

El siguió caminando sin darse cuenta al principio hasta que sintió la mano del otro tomando algo en su pelo. Se giro un poco, mirándole, llegando a ver la hoja entre sus manos. Inclino un poco el hombro ante lo que hizo, escuchando la propuesta. Giro a todos lados, no había nadie, como recordaba pues no era un lugar muy concurrido –o nada-. “Bien, ¿Por qué no? Así podremos conversar un poco mas.” Se acerca a la banca, sentándose en ella.

“¿Qué me puedes contar de ti?”

“Me está comenzando a dar un poco de miedo, considerando que el síndrome de Estocolmo es un poco peligroso. Aunque gracias, suene o no como un coqueteo de tu parte, es tierno escuchar que lo sufrirías solo por ser yo.” Le guiño el ojo juguetón. Se sentó sin dudarlo en la banca aunque el tenia un poco de necesidad de ponerse a caminar, pero si el otro quería sentarse tampoco le miraba nada de malo.

“A ver, déjame pensar que te puedo preguntar. ¿Dices que estudiaste Literatura no?” Sintió como varias hojas estaban cayendo a sus lados, logrando atrapar unas con sus manos, como si estuviera jugando al estilo minino con estas. “Dime entonces, ¿Por qué escogiste esa carrera? ¿Qué es lo que más te gusta de la literatura?” Al haber cogido unas hojas, por fin volteo a verle, con cabellos entrometiéndose en su vista.

“Vaya, ¿Eso quiere decir más bien que me estoy volviendo más perspicaz acaso?” Menciono riendo un poco. “Por lo menos puedes considerar, que el coqueteo te pueda terminar sirviendo para el final de esta noche.” Le dijo en son de broma no broma, riéndose de nuevo. Le daba un tanto de gracia la manera en la que hablaba el otro. Era muy cordial al punto de quedarse en su papel de hombre de gala, casi casi, pero aun así no dudaba en juguetear un poco con las palabras.

“Librofilo entonces. Es perfecta entonces tu carrera con tu pasión, debes de estar muy divertido con tu trabajo entonces.” Ya medio arto de que el viento hiciera lo que quisiera, se tomo el cabello de nuevo, amarrándolo en una coleta mas fija que la anterior, a ver si con ello podía, aunque la parte de adelante estaba aun molestándole un poco, pero ya no tanto como los que estuvieron saliéndose de su coleta.

“No sé que contar de mi, realmente. Me gusta mucho pasear, sentir la libertad en mí. Aunque lo que me gusta más es que si me quieren conocer de verdad, que lo hagan solos sin que yo tenga que decirlo. Como mi helado favorito, que se den cuenta por cuantas veces lo pido. O cuando estoy frunciendo la nariz en algunos casos. No lo sé exactamente. Mientras en vida laboral aun estudio. No te diré en donde, no sea que tu salgas siendo el secuestrador de este cuento.” Se encogió un poco de hombros. Sus ojos se desviaron a donde el adulto, encontrándolo mirando el cielo nocturno. Tenía un lindo perfil a su parecer y si se miraba demasiado amable como para ser un hombre cualquiera, eso ya quería decir que tenía una perfecta educación. Bueno, a su parecer.

Sonrió un poco ante sus pensamientos, llevando sus ojos a donde el mayor los había llevado. El cielo sí que estaba muy bello esa noche, si fuera un poeta o un pintor, podría ser que una musa llegara a él, mas no lo era –gracias a los altos- por lo que como buen admirador tan solo se quedaba mirándolo fijamente.

“Hace un poco de frio.” Comento de repente, estaban a mediados de Noviembre, era muy normal el sentir el clima bastante frio en esos tiempos.

Le encantaba la manera en la que el menor hablaba, expresándose y dándole esperanzas de tener un final de noche mucho mas interesante de lo que se había imaginado, dejo salir una suave risa- Oh vaya, me tomare eso como un halago y podría cobrártelo mas tarde -dijo con un tono divertido, jamas se aprovecharía de alguien mas pero eso no evitaba que jugara un poco con el menor que parecía abierto a este tipo de coqueteos descarados.

-Si la verdad, amo mi trabajo...es mi único gran amor -comento con tranquilidad, miraba de reojo al ingles, sonriendo suavemente al ver como el menor luchaba con la brisa otoñal que insistía en jugar con su cabello, meciendolo, el otro chico no pudo soportarlo mas y termino por recoger su cabellera, era alguien bastante atractivo además de tener esa aura misteriosa que le hacia aun verse mucho mas especial, atrayente...¿Quizás? No sabia definirlo con exactitud.

Le escuchaba con atención, queriendo grabar cada detalle, descubrir cada pequeño gesto que delatara algo nuevo sobre su acompañante- Te entiendo pero ya no digas mas, no es necesario a menos que lo sientas así -susurro, no quería saber nada mas que pequeñas cosas triviales del chico de cabello largo, eran dos extraños que estaban pasando un momento único, interesante que no necesitaba explicarse o repetirse, lo que lo hacia tan perfecto, es que ambos sabían que probablemente nunca mas se verían. Su mirada seguía fija en la bella imagen que representa el cielo nocturno, oscuro, iluminado por la enorme luna llena y pequeñas estrellas que apenas titilaban. Era una escena digna de ser pintada o escrita en alguna escena de un libro.

Salio de su estupor, o mas bien del estupor que la visión del cielo le había provocado cuando escucho las palabras de Liam anunciando que tenia frio, negó firmemente con la cabeza en silencio con una sonrisa corta en su boca. Se levanto de la banca en la que se encontraba y se quito el saco que llevaba encima, poniéndolo sobre los hombros de Liam para luego quitarse la bufanda del cuello y enredarla en el cuello del otro chico- ¿Mejor? -pregunto con curiosidad, inclinando se sobre el menor para acomodar las prendas.

No pudo evitar que una sonrisilla juguetona apareciera ante lo de cobrárselo. Parecía que si quería algo más de aquella noche y… ¿Por qué no? Sería curioso ver qué era lo que pasaba después. Además, solo una noche no afectaría a su vida cotidiana.

Bajo los ojos, encontrándose con los claros del profesor, poniéndole atención a todo lo que le estaba diciendo. Le parecía interesante, sinceramente lo que le platicaba, el cómo hablaba con pasión de su trabajo y tal. De las pocas personas que habían llegado a ser lo que en realidad querían llegar a ser. Por ahí podía aun ver como abogados estaban con negocios diferentes a lo que habían elegido porque la carrera en realidad solo la agarraron por agarrarla pero no por amarla. Aunque lo que le hizo sentirse mejor, era escuchar que se quedara callado y no le contara cosas que el no quería decir.

En otros, noto la mirada del profesor sobre él, esa penetrante como si lo analizara, casi podría decir que se lo estaba comiendo lentamente, cosa que causo que la nariz se le arrugara un poco por la diversión de que eso pasara. Dioses, si supiera que su piel era azul ya no le parecería tan atractivo como seguramente ahora le parecía.

“No debiste de hacerlo sabes…” Le dijo un poco desconcertado después de sentir las cosas sobre el, mas lo que no pudo evitar es que sus mejillas se colorearan un poco con la puesta de la bufanda. ¡No se lo había esperado! Lo había hecho tan de repente y por un comentario tonto que se le ocurrió decir de la nada. “Ahora tu eres el que pasara fríos.” Comento un poco. “Enfermaras y después tendré que cuidarte yo por la culpa…sería mejor poder ir a un lugar más cálido.”

Hizo un ligero puchero ante aquello que le dijo, achicando un poco los ojos. “De acuerdo.” Comento el chico, escuchando la propuesta. Si bien, su propuesta no solo abarcaba lo que era ir a un departamento o casa, si no también podrían ir a una cafetería o algo así. Ya si el otro proponía su hogar era porque había una ligera esperanza de que esa noche terminara en algo más. Aunque ya tenía el conocimiento desde antes que iban a terminar en ello; no era como que se estuviera resistiendo demasiado.

Fijo sus ojos como si buscara al hombre interno en Landoy, para terminar sonriéndole largamente.

“Si me invitas una taza de café en tu casa, vamos entonces.” Le dijo juguetonamente sin pensarlo mucho. Se levanto con toda la ropa que le había puesto encima, sintiendo la calidez de la chaqueta en sus hombros, pero lo que más le daba calor, sin saber porque era la bufanda que estaba en su cuello. No era como si fuera la tela más cálida, pero la sentía demasiado cómoda.

“¿Por dónde es que vives?” Giro la cabeza un poco, arrugando ligeramente la nariz, mientras lo miraba fijamente. “¿O me taparas los ojos para no saber la ubicación de tu guarida secreta?”