Conociendo a mi compañera... [Helena]

Camino por los pasillos de la academia siendo guiada por su compañera de habitación, mientras le tomaba la mano siguiendo sus pasos muy de cerca, observando de vez en cuando los guantes que la ojivioleta llevaba en las manos, sintiendo un poco de curiosidad pero a la vez intentando olvidarse de ello. Había aceptado de buena gana la guía de la chica porque, a pesar de que llevaba ya un tiempo en la academia, aquellos pasillos le resultaban inmensamente largos y a veces hasta laberínticos, doblando y cruzándose entre sí.
Finalmente llegaron a la entrada al comedor en el que Katia había estado ya un par de veces tomando las distintas comidas diarias. La peliceleste se adelanto a la ojivioleta para tomar la perilla de la puerta y abrirla ampliamente para que su compañera pudiese pasar sin problema alguno con la mochila que cargaba en un hombro, para después caminar hasta la mesa de pedidos y observar el menú a disposición llevándose un dedo a posare sobre sus labios, en señal de leve duda.
-Creo que tengo una idea de lo que quiero, pero… te dejaré elegir primero…
Dicho esto le dedicó una pequeña sonrisa a la chica que a su lado estaba esperando que hiciera su pedido, para ella después hacer el suyo y luego buscar una mesa en la cual pudiesen compartir el desayuno, sintiéndose contenta de haber podido dar el primer paso para conocer e intentar llevarse mejor con aquella chica que habitaba en la habitación 104 al igual que ella.

La ojivioleta agradeció con una sonrisa el turno cedido para hacer el pedido y luego comenzó a pensar casi en voz alta que pediría para desayunar, diciendo que se le antojaba comida de su país, pero claro sería bastante llamativo que en aquel comedor preparasen ese tipo de comida; por lo que finalmente la chica decidió encargarse unos wafles, tocino, flan y un jugo, sin duda alguna una comida suculenta y que le daría energías para empezar muy bien el día.
Mientras la chica ordenaba, una mujer le tomaba el pedido anotando rápidamente en un pequeña libretita para después girarse hacia Katia, quién en ese momento escuchó la pregunta de su compañera acerca de que sería lo que ella pediría para desayunar.
-Veamos yo… -volvió a llevarse un dedos los labios mientras observaba el menú que arriba presentaba las comidas posibles a elegir para después mirar a la mujer con una tierna sonrisa-… pediré un trozo de tarta de frambuesa y un chocolate caliente, gracias.
Sus ojos brillaron levemente con aquel pedido, no había podido evitar recordar las deliciosas tartas de frambuesa que su madre le preparaba de vez en cuando, cuando era pequeña, siempre le habían encantado y volver a probar ese sabor no era una mala idea en absoluto.
-De alguna forma… me recuerda a mi infancia…-dijo a su compañera con una sonrisa tierna-… ¿te parece si esperamos el pedido aquí o elegimos una mesa?-girándose hacia la zona de las mesas-… esa que está allá me parece muy bien, deja ver el exterior y está desocupada…
Con un gesto amable Katia le indicó a su compañera la mesa a la cual se refería, se encontraba ubicada al lado del ventanal y en una esquina, casi pegada a la pared, pero ofrecía desde su posición una vista fantástica hacia los jardines de la academia, la cual podría acompañar de forma muy grata el desayuno que iban a tomar y la plática que durante este se pudiese desarrollar.

La ojivioleta sonreía amablemente, parecía entender bien lo que significaba extrañar a la familia y al hogar, en verdad no sabía nada de la historia de la chica pero tal vez, podría darse la coincidencia de que ambas compartiesen esa misma añoranza, aunque claro Katia sabía bien que no volvería a ver a sus padres jamás, pero aún así guardaba en su corazón los mejores recuerdos que de ellos pudiese tener, para que la acompañasen siempre que lo necesitase y aún más.
Asintió con un movimiento de cabeza y una suave sonrisa cuando la chica aceptó tomar asiento en aquella mesa luego de acomodarse la mochila para iniciar el camino, acercándose a la mesa sugerida, acomodándose en un asiento mientras dejaba su mochila en el suelo.
Katia se sentó en un asiento en frente de la ojivioleta, acomodando su vestido dejó escapar un leve suspiro para después volver a mirar a quién la acompañaba.
-No hace mucho que he llegado aquí… -desviando la mirada hacia la venta-…pero puedo decir que me gusta el lugar, sus jardines, el trato que nos dan…-riendo un poco-… creo que también las clases, aunque… supongo que aún me faltan cosas por experimentar aquí.-volviendo a mirar a Helena- Tu, estas desde antes que yo ¿verdad?... ¿desde hace mucho?
Ciertamente Katia había llegado a la academia en una época bastante curiosa, apenas un día después de su llegada se había celebrado aquel baile de Halloween que había terminado en desastre y luego de la desaparición de aquel grupo de alumnos las cosas en la academia habían estado bastante extrañas; tanto que ya no se impartían clases, aunque finalmente y luego de un tiempo las cosas se habían vuelto componer.
Por suerte todo aquello había quedado atrás y las cosas habían vuelto a la normalidad rápidamente, pero dejando todo aquello de lado, ahora se sentía alegre de poder conversar tranquilamente con su compañera de habitación y conocerla un poco más.

Alzó un poco las cejas al notar como la pelinegra sacaba de su mochila lo que parecía ser un cuaderno de dibujo y se ponía a hacer trazos suaves sobre el blanco papel mientras la escuchaba hablar con una sonrisa amable, para que después levantara la vista hacia ella, llevándose el lápiz sobre los labios como si pensara en la respuesta que le daría a su pregunta.
Después de unos segundos, la chica de larga cabellera negra comentó que ella tampoco tenía mucho tiempo en la academia, que había llegado en la mañana del baile y que luego había pasado todo aquello de forma repentina, y que debido a todo esto era que apenas conocía lo básico de la academia.
La chica dejó escapar una pequeña risita como si se avergonzara de sí misma y Katia no pudo hacer más que acompañar aquel gesto con una pequeña risilla de su parte.
-Entonces ambas estamos igual…-desviando la mirada hacia los arboles que se mecían suavemente en el jardín-… tal vez podamos luego… salir a dar un recorrido juntas.
Después de unos segundos de silencio volvió a mirar a su amiga y notó como ella continuaba con los suaves trazos mientras agregaba que Crusaders finalmente no era tan malo como ella había creído. Katia no pudo evitar recordar las ideas que ella tenía sobre la academia, cuando apenas descubría sus podres, cuando apenas se enteraba de que algún día podría ser capaz de controlarlos según su voluntad; realmente la existencia de una academia para personas como ella le había resultado un gran alivio, pero eso no quitaba que tuviese acerca de dicha institución algunas dudas y hasta tal vez algunos pequeños miedos. Sin embargo luego de su llegada había logrado sentirse a gusto rápidamente, realmente no se arrepentía de haber tomado aquella decisión de vivir en un lugar sí; sabía que allí aprendería lo necesario para hacerse más fuerte y poder así enfrentar las pruebas que la vida pudiese ponerle.
-Realmente… incluso es más de lo que esperaba, realmente yo no sabía con que me encontraría al llegar aquí…-bajando la mirada hacia sus manos-… no puedo negar que tenía algo de miedo al respecto, pero… con el correr de los días pude acostumbrarme y así… ver las cosas de un modo diferente…
Alzó la vista hacia la mujer que llegaba con sus pedidos en una bandeja, lo que ambas habían pedido traía un aspecto y un olor exquisito, indicando tal vez que ambas pudiesen disfrutar de un buen desayuno. Sonrió a la mujer agradeciendo con palabras y un delicado gesto para después sonreírle a su amiga y darle el primer sorbo a su chocolate caliente, el cual llenó de forma rápida su paladar de un dulce y cálido sabor a cacao.
-En verdad esta delicioso…-murmuró asintiendo con un suave gesto luego de probar el primer bocado de su tarta-… y Helena… ¿te puedo decir así? ¿O prefieres que te llamen de otra forma?-preguntó cortando un trozo más de su tarta-… ¿te gusta dibujar?... he visto que pareces saber mucho al respecto…
Observó a su amiga con una suave sonrisa en sus labios mientras retiraba suavemente el tenedor de su boca para tomar la taza y beber un sorbo más del chocolate, realmente estaba disfrutando aquel desayuno, tanto por lo delicioso de su comida como y también por la agradable compañía, y esperaba sinceramente que pudiese volver a repetirse en otra ocasión, aunque claro, habitando las dos en el mismo cuarto eso era muy posible, por lo que agradecía sinceramente que le hubiese podido tocar con alguien con quién al parecer podría llevarse bien muy fácilmente.

Le dedicó una pequeña sonrisa con el tenedor aún en la boca al oír como su amiga aceptaba la invitación de salir a pasear y poder así recorrer y conocer los alrededores de la academia y la ciudad, asintió con un leve movimiento de cabeza mientras retiraba el tenedor de su boca para masticar lentamente aquel dulce sabor que le llenaba el paladar, llevándole a sus ojos cierto brillo especial.
Noto como Helena escuchaba atentamente lo que ella contaba llegando a compartir ese mismo sentimiento y eso solo la hizo sentirse más a gusto, hacía mucho tiempo que no podía hablar así con alguien, quizás tal vez desde que era pequeña, con alguna amiguita del colegio, aunque nunca se compararía puesto que en aquellas edades no se piensa en otra cosa más que jugar, y después de eso las cosas y su vida misma había cambiado radicalmente.
Sonrió ampliamente al oír el comentario de su amiga sobre la forma en que pudiese llamarla, diciendo que no tenia preferencia por ninguno de sus nombres y que podía usar cualquiera de ellos, Katia tomó un largo sorbo de su delicioso chocolate para después apoyar el vaso suavemente en la mesa mientras comenzaba a jugar con un de los mechones de su cabello.
-Bueno entonces, te diré Helena, ya me acostumbre a llamarte así… y se me hace bonito y elegante…-sonriendo ampliamente-
Notó como la ojivioleta hacia una pausa para después comentar que le encantaba dibujar y que era algo que hacía desde niña, tomando un trozo más de su waffle para después agregar que lo que más le interesaban eran los paisajes y los objetos, terminando su porción de tocino.
-Ya veo…-alzando un poco las cejas mientras observaba el cuaderno-… es un pasatiempo muy bonito y de verdad, creo que ayuda a pasar el tiempo… ¿me permitirías ver?
Volvió a llevarse a la boca un pequeño trozo más de la deliciosa tarta, notando que ya llevaba la mitad y que su dulce sabor ya había invadido todo su paladar, alegrándole la mañana con aquellos dulces sabores, y dándole energías suficientes para hacer cualquier tipo de actividad que se propusiese.
-Mis pasatiempos… bueno, uno de ellos es la actuación, desde pequeña ya… quería imitar a mi madre… ella era una gran actriz, una de las mejores del país y siempre… quise ser como ella…
Bajo un poco la mirada clavándola en el caliente liquido marrón que tenía en frente dentro de aquel vaso, su madre, una persona muy preciada para ella; ambos padres lo eran, y no pudo evitar sentir algo de nostalgia y tristeza en ese momento pero enseguida negó con la cabeza volviendo a sonreír, no era momento de deprimirse, no ahora que se sentía con tantas energías.
-También me gusta leer…-comento cortando un trozo más de la tarta-… escuchando música tranquila para acompañar….-llevándose el tendero a la boca-
En los alrededores el bullicio de m as persona se hacía más presente con el paso de los minutos, y es que cuando habían llegado era bastante de mañana y realmente había pocas personas en el lugar, número que ahora se había incrementado notoriamente.

Notó como Helena parecía verse de repente algo nerviosa con la petición de enseñarle sus dibujos, pero en vez de decir algo Katia solo se dedicó a comer un poco más de su deliciosa tarta para después sonreír amablemente al ver como la ojivioleta finalmente se había decidido en pasarle su carpeta, abriéndola para que pudiera ver el contenido, del cual no dudaba quedar maravillada y así fue.
Colocando la carpeta sobre sus piernas para alejarla de cualquier cosa que pudiese mancharla, paso la hojas con detenimiento mientras alzaba levemente las cejas y una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios, había enorme cantidad de bocetos y dibujos hermosos, todos ellos con una excelente técnica como a que pocas veces había visto; sin duda alguna su amiga tenía talento en ello.
-Me encantan Helena, están hermosos… creo que realmente podrías llegar muy lejos con tus dibujos…-levantando la vista hacia la chica-… tienes talento, por favor déjame ver cuando termines uno nuevo.
Cerró la carpeta con sumo cuidado y sonriendo ampliamente se la pasó a su amiga para después beber otro gran sorbo más de su chocolate, quedando en el vaso ya solo una pequeña porción, pasando después a cortar uno de los últimos trozos de su tarta, volviendo a saborearla con gusto mientras escuchaba lo que Helena comentaba.
-Ya veo, puedo entender eso…-luego de sonreír suavemente observo con algo de asombro las expresiones de la chica, parecía verse algo avergonzada por sus comentarios, tanto que un leve sonrojo había aparecido en sus mejillas-… cada quién es como es y tiene sus propios gustos, eso es lo que hace interesantes las cosas ¿verdad?
Llevándose el último trozo de tarta a la boca lo saboreó con gusto para después dejar suavemente el tenedor sobre el plato vacío y así beber el último sorbo de delicioso chocolate, apoyando suavemente sobre la mesa el vaso vacío para después pasar suavemente sobre sus labios y los alrededores la blanca servilleta que estaba al lado del plato.
-Tal vez un día de estos deberíamos mostrarnos mutuamente nuestros intereses, yo podría mostrarte mi actuación o leerte uno de mis libros favoritos y tú podrías intentar enseñarme a dibujar…-rascándose la mejilla con un dedo-… también podríamos mostrarnos mutuamente nuestros gustos musicales… creo que tenemos mucho por hacer juntas.
Tomando un mechón de su cabello para jugar suavemente con el inicio por enredarlo alrededor de sus dedos, marcando su blanca piel con su cabello celeste claro, mientras miraba a su nueva amiga con una dulce sonrisa, realmente estaba contenta de que las cosas hubiesen salido bien y que ahora tenía una amiga mas para que la estancia en Crusaders pudiese ser más placentera aún.