Día 2 [Post Grupal]

Ren estaba completamente sorprendido por ver aquello...y no reacciono si no hasta despues de un rato, miro mejor el lugar...por que estaba asi?...que significaba eso?...de repente miro a Shion en aquel estado lo cual le preocupo...se acerco a ella tocandole levemente el hombro.
-señorita Shion, que le sucede?, se encuentra bien?-

Obviamente no estaba bien pero esa pregunta no podia faltar...como pudo la levanto y la saco de la casita, pues si ya no veia (ni olia) aquello tal vez se tranquilizaria mas rapido.
Seria mejor que respirara aire fresco...
-por favor tranquilícese señorita Shion...-
Dijo tranquilamente para luego sacar de su mochila una botella de agua y extendérsela.
-tome un poco de agua...esto le ayudara a tranquilizarse...-

Tal vez deberian de ir a ver un poco el lugar...tal vez encontrarian algo util, o quizas no...aun que tal vez aquello fue ocasionado por algun animal o enfermedad...

Ya ella estaba afuera en el ardiente sol, pero Ren le ayudó a levantarse. Vio como el chico le extendió su propia botella de agua, algo que le sorprendio de sobremanera. Negó su oferta con la cabeza.

-Guarda tus provisiones. Debes sobrevivir. - Respondía agitada. -De todas formas, agradesco tu oferta... - Dijo reconociendo la bondad y el sentido de compañerismo que había en el muchacho. Recostada de Ren decidió volver su mirada a los demás y...

-Aquí no encontramos nada. Solo mu...er...tos... y unos diamantes... Vamonos...- Decía mientras olía el aire puro del lugar. No quería volver a acercarse a la cabaña que había ido Nathan. Vio que por allí había una cesta de frutas. ¿Estarían en buen estado con ese clima tan infernal?

Aparentemente nada había en aquel poblado al que habían llegado hacia poco. Un sordo silencio reinaba en el ambiente, el cual en vez de dar tranquilidad en los viajeros bien podía poner los pelos de punta o erizarlos en casos respectivos según cada quien, este solo era interrumpido por el permanente zumbido de los insectos que parecían congregarse en algún lugar cercano. Los orbes del rubio recorrieron aquel desolado, o aparentemente desolado sitio, siguiendo a sus compañeros mientras no dejaba de presentir que algo iba fuera de lugar en aquel poblado ¿demasiado solo y silencioso tal vez?, podría ser, o quizá debía dejar de ver tantas películas. En todo caso el ambiente era claramente extraño, nada propio de lo que se esperaría de un poblado, algo le llevaba a pensar de que no encontrarían nada en aquel sitio, o más específicamente a nadie en aquel sitio.

Por ello se desplazo hasta donde Shion se encontraba, aunque realmente o pudo llegar hasta el mismo sitio dado que el grito de uno de sus compañeros le había llamado la atención y le había hecho volverse bruscamente. Se desplazo hasta donde estaba, esperando no toparse con alguna mala escena, o más bien una mala escena teniendo al chico como protagonista. Al llegar se topo con aquella imagen, que si bien no tenía a su compañero como afectado principal si resultaba desagradable a primera instancia, lo que tenía enfrente era un putrefacto cadáver, que era asechado por las moscas, y por supuesto, la mayoría no reaccionaba positivo a eso. La peli verde al ver eso incluso se había encogido, seguramente era una imagen impactante para ella, y uno de los chicos le había ayudado a recomponerse poco a poco, si bien Nisheida le hubiera ayudado, se quedo en aquel sitio para observar un poco más.

-Veamos – expreso levantando el brazo para cubrirse la boca y la nariz y protegerse de aquel hediondo olor y contener un poco sus propias ganas de vomitar. En si era el aroma, la imagen no tanto, después de dos años en la academia había aprendido a ver los cadáveres de una forma más frívola o quizá científica y no tanto supersticiosa, sin embargo, no dejaba de ser inusual y un tanto desagradable tener que ver uno y mucho menso en las condiciones en que estaba aquel. Ahuyento a las moscas con la mano sin mucho éxito para acercarse, no le hacía gracia pero no averiguaría nada de no hacerlo. Al acercarse entrecerró los ojos, no podía distinguir mucho entre tanto insecto que por mas aceleraba la putrefacción del cuerpo, pero los huesos no estaban muy deteriorados, considerando el clima, se atrevería a especular que eso no llevaba muerto mas de cinco semanas, aunque eso no le era muy útil

Salió de la cabaña para respirar aire fresco, haciéndolo lentamente para quitare un poco las nauseas que le había provocado aquel aroma. Respiro hondo y exhalo lento varias veces hasta lograrlo, definitivamente aquello era muy extraño, pero lo más extraño era el hecho de que el cadáver siguiera ahí. Pese a que no quería preocupar al resto no tenia mas remedio que expresarlo para decidir qué hacer.

-Chicos… no quisiera parecer el pesimista del grupo pero… no es natural que ese cuerpo este ahí – les dijo con un tono de ligera preocupación – si lo piensan un poco, si fue atacado, el que su cadáver haya sido abandonado ahí me hace pensar que no fue algo, si no “alguien”, el que hizo esto – puntualizo. Si eso era cierto, había una persona que había dejado aquel sitio como lo habían encontrado, aquel viaje se llenaba cada vez de más preguntas que debían ser contestadas[/i]

El sudafricano siguió a sus compañeros de equipo, tenia un mal presentimiento, todo el camino hacia la pequeña aldea se había sentido observado y acechado. Pronto se dio cuenta que eran los animales quienes le seguían: una mana de leones pero por suerte al ser animales eran muy perceptivos y no habían intentando atacarles.

Entro justo detrás de Sonozaki, paseando su vista por todo el interior de la casa, algo no andaba bien en aquel lugar...había demasiado silencio, no estaba para nada bien. Removió la tierra con la suela de su bota, había como pequeñas piedras en el piso.

(Salio un 3 + 1 = 4. Prosigo a escribir la situación)

Ignoro todo lo demás al escuchar un potente grito que reconoció como la voz de uno de sus compañeros por lo que salio rápidamente de la casa para encontrarse con el griego, sentando en el suelo en shock. Frunció el ceño y se acerco hasta la puerta de la casa, abriéndola lentamente para toparse con la escalofriante imagen de los cuerpos abandonados, el mal olor inundo sus fosas nasales y le provoco algo de arcadas.

Cerro la puerta de golpe- Tienes razón, esto parece haber sido echo por alguien -fijo su mirada en Sonozaki "Diamantes...podrían ser diamantes de sangre, entonces todos corremos peligro" - Deja que vea los diamantes que encontraste -le dijo con un poco de brusquedad a la chica- Tal vez, fueron asesinados por esas piedras, o por negarse a trabajar para seguir extrayendo diamantes, es algo muy común en África -comento de manera distraida.

El miembro 'Ian Van Riebeeck' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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Resultados : 3

Miro a Shion negarse...
-no me importa usarlo si es para ayudar a alguien, además no crees que para eso nos colocaron a todos juntos?, para ayudarnos entre nosotros.- Dijo con una leve sonrisa.

Parece que ella ya quería irse de ese lugar...por los muertos?...bueno a cualquiera le sorprendería ver eso y querría irse lo mas rápido posible...pero...tal vez habría algo en ese lugar que les serviría...o posiblemente no les serviría pero de que había algo había algo.

Oyó a otro compañero decirle a Shion "Deja que vea los diamantes que encontraste", Diamantes?...así que eso era lo que había guardado en su mochila, soltó un leve suspiro para luego mirar a sus demás compañeros.

Shion había escuchado lo que había dicho Ren, mas volvio a negarse, esta vez con una sonrisa en su rostro.

-No quiero acabar tus provisiones, además, yo tengo agua. Arigato Gozaimasu...!! - Le hace una reverencia por su cultura. En esos momentos llegó el joven serio y le dijo unas palabras. Shion se quedo mirando a Ian por unos momentos. Oh, maldición. tenía sentido lo que el decía. Probablemente por culpa de aquellos diamantes habían asesinado aquella persona, y justo ella estaba pensando en re-venderlos o guardarlos como un recuerdo. Ascintió con la cabeza y rápidamente se dispuso a buscar en su mochila los diamantes que había encontrado, para darle algunos ejemplares en las manos a Ian.

-Los encontré tirados en el suelo cuando entré a la primera casa. Estaban amontonados, aunque no se si hayan más regados por el suelo. - Le dijo intentando ignorar lo que había dicho Nisheida sobre "asesino". No era tiempo de ponerse nerviosos. Ningun "humano común" les iba a matar, ¿o si? No a ellos, un grupo con poderes especiales. Y es que Shion, de cierta forma, subestimaba a los "humanos comunes" por no tener poderes como ellos lo tenían, por no tener esas ventajas, así que no debía temer. Mientras ella tuviera su Umbrakinesis, todo estaría bien... ¿Cierto? ... ¿O se equivocaba?

-Dera-kun... - Respondió mientras Ian analizaba los diamantes. -Ellos podrán tener sus armas... - Refiriéndose a los "humanos comunes". -...pero nosotros tenemos nuestras habilidades. De cierta forma, estamos armados. Me gusta tu análisis, pero no veo el por que tengamos que temer. En caso de ser cierto, no solo tendríamos la naturaleza en contra nuestra, sino también posibles seres humanos. Es un hecho lamentable lo que aquí ha pasado, pero deberíamos seguir, ¿no? - Preguntó bastante confusa. -Solo nos queda el día de hoy y el día de mañana para llegar a Camerún, y ayer no adelantamos prácticamente nada. Si no llegamos, no se que pasará. Si quieren investigar un poco más, adelante, pero tengan en cuenta que no podemos gastarnos todo el día en este lugar cuando ya tenemos un destino al que ir en un tiempo límite. - Respondió la chica en espera de alguna respuesta de los demás muchachos.

Tomo los diamantes con cuidado, estaban en su forma menos pura, como comúnmente se decía eran diamantes en bruto pero aun así sumamente valiosos por lo cual, valía la pena matar por ellos o para seguir explotando su mina que seguramente estaba localizada en algún lugar cercano. Dejo escapar un suspiro, los humanos eran tan estúpidos, no entendía tal apego por las cosas materiales.

-Son diamantes de sangre...por eso esta aldea se encuentra así, los rebeldes secuestran gente, los amenazan y los torturan para que trabajen en las minas y cuando se niegan o intentan rebelarse, suceden estas cosas -le devolvió los diamantes a Sonozaki- Dejalos por ahí, de todos modos no los vas a poder sacar del país con tanta facilidad-tomo su mochila que había estado en el suelo unos minutos atrás mientras revisaba las piedras.

No tenia miedo a las armas pero tenían que ser precavidos- Nosotros tenemos nuestras armas pero aun así podemos salir lastimados sino tenemos cuidado, estén alertas y es mejor salir de este lugar, nada hay aquí que nos interese -dijo con tranquilidad antes de seguir con su camino, para alejarse de la villa, Camerun era su destino y no podían detenerse hasta ver cumplida su misión. Aun así sentía algo de pena por lo agente muerta, sentía pena por lo débiles que eran como para no poder defenderse de unos cuantos soldados. "Nadie va a detenerme, ni siquiera unos cuantos guerrilleros con armas" pensó el electrokinetico.

Se sorprendió un poco en el momento en que Deragae se acerco pero cuando por fin comienza a hablar se dio cuenta de sus preocupaciones y no estaban nada alejadas de la realidad. Asintio tranquilamente escuchándolo- Los diamantes son una opción pero...los cadáveres, si eran algo extraños -había muchas cosas en África a las que tenían que temerles o con las cuales ser precavidos.

-Alguien pudo haberlo hecho de forma consiente, para dejar un mensaje o solo por que si...son muchas posibilidades, ese tipo de personas, que viven en pequeñas aldeas, no hacen daño a nadie y a nadie le interesan. Son un blanco fácil, si desaparecen, tardarían mucho en ser reportados a autoridades o al mundo exterior -ahora tenia la duda rondando en su cabeza, si su compañero tenia razón debian ser el doble de cuidados mientras seguían viajando.

Soltó un suspiro de fastidio- Sea lo que sea, hay que estar muy alerta y ante cualquier cosa extraña, hay que armar alguna buena estrategia -continuo hablando en voz baja sin detenerse en su caminata, no podían darse el lujo de perder mas tiempo en aquella 'excursión' lo que menos necesitaba era que tuvieran mas problemas en aquel viaje.

Se podría decir que la peliverde se sintió mal por haber pensado en vender aquellos diamantes, guardarlos de recuerdo o regalarlos sin saber de su procedencia, así que hubo un cambio de opinión en su persona, y decidio ir a donde estaba antes y allí ponerlos en el lugar que había encontrado. Pero antes de emprender su rumbo a la cabaña, fue detenida por Nisheida, quien puso su mano en su hombro.

-...el hombre lastima cuando quiere...

Claro, eso ella lo tenía más que claro. Para ella el ser humano lastimaba cuando queria Y por que quería. Pero no se iba a poner a debatirlo, no en un momento como ese. Así que decidió guardar silencio y escuchar a su Nishi con atención mientras le miraba a los ojos bastante atenta.

Lo que si la sorprendio fue el breve gesto que había tenido el con ella. La había rozado con el dedo índice en su rostro, algo que consideró como una breve caricia. Ese breve gesto fue algo que la emociono internamente. Que un joven tan reservado como su Nishi-kun hiciera algo como eso... Pero no tan solo estaba emocionada, sino que también estaba un poco confusa. ¿En realidad lo había hecho por que quería, o había sido un mero error...? No, no podía ser un error... ¿O si? Bueno, no podía quedarse ahí parada, tenían que seguir...

Así que la joven peliverde fue hacia la cabaña a hacer lo que ya tenía establecido antes de que la detuvieran. Una vez hecho, al salir de la cabaña se detuvo en el medio de ambas e hizo la señal de "Descansen en Paz" de la religión cristiana, para rendirle luto a aquel que había muerto allí. Una vez hecho esto hizo una leve reverencia y vio como los demás se estaban alejando. Sin dudarlo un segundo más salió corriendo detrás de ellos.

Por el camino sacó el mapa y se puso a verlo. Fue a donde Ian y le hizo entrega del mapa a ver si el tenía algo más que aportar sobre el asunto. Se quedó en silencio observando de reojo y discimuladamente a su Nishi. En caso de que este desviara su mirada a ella, iba a tener que desviar su mirada hacia al frente para que este no se diera cuenta de que le estaba mirando.

"Es tan lindo... Actua como todo un líder y esa es una de las cosas que más admiro de el." - Pensaba mientras dejaba de mirarlo para observar a su alrededor a ver si no había algun animal o humano cerca. Pronto, Shion se puso una vez más frente al grupo para intentar guiarlos. En caso de que estuvieran por un camino equivocado, ya otro se encargaría de avisarle.

(Tirada de dados a ver si avanzamos)

El miembro 'Sonozaki Shion' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 19

Stop del rol momentaneo.
Por favor, estad atentos a la actualización de este mensaje, que dirá cuando podéis seguir posteando

EDITADO:

El rol se reanuda. Proseguid el trayecto hasta nuevo aviso, en el que os situaré con franja horaria incluída.

esde entonces, Nathan no había querido hablar con nadie.
El griego caminaba a una distancia por delante más alejada de los demás, pudiendo oir como susurros las conversaciones ajenas. Los ojos le picaban de no parpadear.

Tras la imagen sorprendente, cuando estaban el grupo discutiendo qué hacer, él se había acercado a tocar, con la mano temblorosa, un poco los huesos. Y no resultó agradable.
Había escuchado de las guerras internas entre tribus africanas, así como los genocidios que se ocasionaban entre ellos. Cuando era pequeño, solía gustarle mirar documentales, y no pudo evitar recordar que algunas tribus, con tal de exterminar a las otras "inferiores", llegaban a deborarlos. Literalmente.
De esa forma, eliminaban toda existencia del individuo. Visualizó por un momento unos blancos dientes tiñiéndose en carmesí al primer mordisco.
Con la mano en el estómago, fue cuando estuvo atento a una acalorada conversación: Diamantes de Sangre.
Era ciertamente admirable el conocimiento de Ian sobre África. Había alguna vez escuchado aquél término, básicamente, por una película muy conocida de Hollywood.
Pero aquello no era lo que le perturbaba al joven. Aquella chica, Shion, hablaba de enfrentarse a humanos como quien habla de echar cartas.
Porque "Nosotros tenemos poderes", porque "no pueden contra nosotros", porque... porque eran débiles e inferiores.
Aceleró el paso apretando sus dedos en la mochila, mirando al horizonte sin parpadear. Le produjo asco.
El hecho de considerar a los ajenos como insectos que pisotear era un concepto que no compartía en absoluto. Por lo que le contó su tío, sus padres no habían tenido poderes, y Nathan siempre que pensaba en ellos, aunque fuera solo como su imagen un nada blanco, pensaba que debieron ser fantásticos.
No había dia que no pensara en que le gustaría ser normal. En pensar poder actuar sin perder el control sobre sí mismo y herir a alguien. Tener una vida en la que pudiera recordar algo más atrás de los siete, ocho años.
Miró de reojo hacia el grupo de atrás.
No. No se fiaba. No se fiaría en absoluto. Alguien que no es capaz de respetar a un semejante no puede tener nada de bueno.
"Se empieza así... Y se acaba como el tercer Reich"
(tiro dados para ver si, de tan despistado, no me tropiezo xD LOL, 20)

Miró de nuevo al frente notando caerle unas lágrimas por culpa del escozor, y, a pesar de ello, esquivó la enorme roca que había amenazado con tirarlo al suelo.

El miembro 'Nathan Wence' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'1d20' :

Resultados : 20

Bajo un poco la cabeza y cerro un momento los ojos por los o el difunto en ese lugar.

En fin, despues de ello siguieron con su camino, si lo recordaba Camerun era una republica en Africa central...
...aun que no sabia muy bien en donde se encontraba en ese mismo momento...

Solto un suspiro, cual era el proposito de la Academia el enviar a unos cuantos chicos a Africa...por que si el fin era de que pudieran sobrevivir con esos pocos recursos le parecia raro que solo fueran unos cuantos alumnos...ya que la Academia tiene muchos alumnos...habran sido escogidos a azar?...o solo a los nuevos?...ya lo sabian al final.

Le siguio el paso a los demas mientras el silencio estaba presente pues la mayoria no hablaba...parecia que estaban mas pensativos que habladores...

Cae la noche.
El grupo llega hasta una zona despejada. Hay algunos arbustos lo suficientemente grandes como para cubrirles como un muro natural si se agachan. Al lado, un lago que, por fortuna, no sucumbió a la sequía.
No tiene peces, sin embargo, está claro que es el abrevadero de otros animales, puesto que hay alguna que otra huella en el suelo.
Acampáis y pasáis la noche.

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Se cierra el dia 2