Ignorando las reglas. [Priv. Nathan +18]

Los labios ajenos rozaban delicadamente los labios del sudafricano, lentamente comenzó a responder el beso, acariciando sus labios, moviendolos y dejando que su lengua repasara los labios del peliverde, adentrándose en el interior de su boca.
La mano en la erección de Nathan recorría la extensión con sus dedos, apretando suavemente la punta, rozando el glande y estirando ligeramente el frenillo.

Su brazo libre rodeo el pecho del menor con firmeza, acariciando sus pezones con suavidad, embistiendo el interior del griego de manera salvaje, casi montándose encima de la frágil anatomía de su compañero, golpeaba sus caderas con fuerza casi partiendolo en dos, sintiendo como poco a poco se acercaba al delicioso orgasmo.

Mordió con firmeza el labio inferior del peliverde, pellizcando suavemente uno de sus pezones al mismo tiempo que apretaba con firmeza la erección con su mano, sin dejar de penetrar su cuerpo con algo de brusquedad dejando escapar suaves gemidos en voz ronca debido al placer que recorría su cuerpo como pequeñas descargas eléctricas.
-...Ah...katjie... -volvió a besarle, metiendo su lengua en la dulce boca del otro, acariciando con su apéndice el paladar y la lengua contraria, enredándolas lentamente.

Ladeó un poco más su cabeza, sintiendo como el sudafricano asomaba su lengua, sintiendo el roce como si fuera un suculento dulce, gimiendo cuando la mano contraria le presionaba de aquella forma el frenillo. Los brazos le temblaban como si de gelatina se trataran, arrastrado por el placer de cada embestida.
Con su voz ahogada en la garganta, abrió sus labios a la boca contraria, jugando con la lengua contraria. Pasó una de sus manos por la nuca contraria, acariciándole mientras sentía sus piernas tensarse y destensarse.
-A-Ahm... I-Ian...! -Gimió en un tono suplicante, entreabriendo los ojos.
En aquél ritmo delirante, sentía que iba a venirse en poco tiempo, notando su bajovientre agitarse.
Nathan se vio olbigado a separar un poco sus labios de los contrarios para gemir entrecortado, apoyando su frente en la otra acabando por correrse, salpicando ligeramente el sofá.

Sabia que no podía alargar aquella sesión por mas tiempo, había llegado a su limite y su erección clamaba por un alivio rápido mientras que con cada embestida esa entrada se estrechaba aun mas, oprimiendo su miembro de manera deliciosa.
En cuanto el segundo orgasmo del menor se hizo presente, la mano del rubio que le había estado masturbando se lleno de aquel liquido pegajoso y caliente mientras que la mano en su cintura se aferraba con fuerza.

Jadeo unas cuantas maldiciones en su idioma natal, inclinándose sobre su espalda, rozando su pecho contra ella, ambos cuerpos se encontraban cubiertos de una ligera capa de sudor, producto del esfuerzo físico. No podía, ni quería retrasar mas tiempo aquello, mas con el cuerpo del menor apretándole de esa manera, succionando con fuerza su miembro hacia el interior.

Dio una ultima estocada con fuerza, rozando profundamente el interior del cuerpo del griego antes de venirse, llenando aquel espacio con su semen, gimiendo por lo bajo con voz ronca-...nggh...na...nathan -su pecho subía y bajaba con rapidez intentando normalizar su respiración, sus mejillas estaban algo rojas y sus sentidos se encontraban aun atontados por el reciente orgasmo.

Jadeante por recuperar la respiración, Nathan pudo sentir las últimas penetraciones más violentas, como si presionara aún más fuertemente su interior.
Se vio olbigado a volver a tomar equilibrio con sus brazos cuando el mayor rozó la próstata, haciéndole arquearse de placer mientras su pecho daba un vuelco al oir al rubio pronunciar de aquella forma su nombre, con ese acento tan característico.
Sus muslos se habían humedecido ligeramente, mientras el griego tomaba algo de conciencia de la situación.
Lo habían hecho. Hasta el final. Ambos:
Ian y él.
Dio unos suspiros volteando su rostro al mayor, que se mostraba tan exhausto como él y, tomando algo de valentía, subió su mano a acariciarle el rostro, depositando un beso en la mejilla.

Respiraba de manera agitada, con los ojos cerrados, sentía como su cuerpo se relajaba por completo luego de que sus sentidos salieran por fin de su estado post-orgasmico. A pesar de todo, aun sentía como su corazón seguía latiendo como loco, cada que su nariz captaba el dulce aroma del menor así como acariciaba la suavidad de su piel causando que un ligero escalofrió recorriera su espina dorsal.

Sentimiento y emociones desconocidas para el sudafricano comenzaron a formarse en su pecho, o tal vez todo era producto del embotamiento de su persona luego del clímax. Trago saliva pesadamente antes de dejar ir la entrepierna del griego, saliendo con cuidado de su interior, obligando a Nathan a acostarse sobre el sofá antes de que Ian se acomodara con cuidado sobre él.

Una calidez bastante extraña se instalo en su pecho cuando el menor beso su mejilla-...Fui lo mas cuidadoso posible -comento con suavidad, sin pedir disculpas, solo justificándose aunque no dejaba de sentir un poco de culpabilidad, acariciaba de manera ausente el largo y sedoso cabello del griego.

Apretó ligeramente sus piernas cuando sintió como lentamente se separaba de él. Las mejillas aún le ardían por el calor que se acumulaba en la sala.
Con suavidad volteó hasta encarar al contrario, estirándose en el sofá bajo el peso del sudafricano. Cerró sus ojos con suavidad bajo los dedos contrarios, sintiendo en cada cabello el recorrido de estos.
-No te preocupes... -Contestó abriendo de nuevo sus ojos violáceos, observando el verde contrario- Estoy bien...

Subió su mano despacio, acariciándole el rostro hasta recorrer los dorados cabellos, su nuca y, a partir de allí, pasó ambos brazos por la espalda contraria, abrazándolo.
El picar rítmico del pecho contrario sobre el suyo era agradable, haciéndole cerrar los ojos despacio. Sin haberse dado cuenta ninguno de los dos, la televisión mostraba el espectro de la nada.
La película había terminado sin resolver la incógnita, y el roce de las gotas de lluvia contra el cristal era un simple murmullo.

Cerro los ojos lentamente, sintiendo el cuerpo bajo el como algo cálido, suave y relajante, dejo escapar un suspiro, abrazándole con firmeza, acomodando su cabeza sobre el pecho desnudo del menor, acurrucándose y bostezando con suavidad, mucho mas aliviado al escuchar que se encontraba bien, tenia miedo de haberlo lastimado de mas.

-...Me alegro de escuchar eso -murmuro en voz muy baja, sintiendo los finos brazos del griego rodeando su espalda de manera que le hacia sentir satisfecho por completo y con una extraña alegría, se encontraba bastante cansado y el subir y bajar tranquilo del pecho de Nathan le estaba adormeciendo, no tardo en quedarse dormido profundamente, como en mucho tiempo no lo había hecho, e incluso roncaba en voz baja de manera muy suave.