Reflexiones... (libre)

Internamente agradeció que el lago en esos momentos estuviera vacío, ya que necesitaba algún lugar donde pensar. Habían pasado ya algunas horas desde que habían llegado, tiempo más que suficiente para descansar y cambiarse de ropa. Y en aquellos momentos se encontraba paseando por la orilla del lago sumido en cavilaciones y recuerdos de lo sucedido desde que estuviera en esa academia.

Apenas llevaba un par de meses y, por así decirlo, su vida había 'peligrado' ya dos veces. Y aunque había intentado salir adelante por sus propios medios, ambas situaciones habían tenido el mismo desenlace: alguien había acabado ayudándole para sobrevivir. Y aquello, en cierta manera, le frustraba. Le frustraba saber que había sido capaz de herir e incluso matar a alguien, de matar y ver morir, pero que no había sido capaz de salir sin ayuda de los demás; le frustraba recordar la estúpida e inútil forma con que le atraparon los soldados búlgaros, sin apenas darle tiempo de reacción para usar bien sus poderes y le frustraba, sobretodo, pensar que llevaba unos meses aprendiendo pero que en realidad aún... no sabía nada.

El pensar en todo aquello le hacía sentirse de nuevo como un niño, un niño que necesitaba protección. Ante ese sentimiento solo pudo apretar los puños, frunciendo el ceño. Ya no era ningún niño, sabía defenderse y actuar por sí mismo, sin necesidad de ninguna ayuda. Con parsimonia se acercó al borde del lago tranquilo, observando su propio reflejo. Se veía un poco más pálido que antes, seguramente debido al ajetreo del secuestro. También pudo ver unas leves ojeras bajo su ojo izquierdo, y fue entonces cuando se fijó en el parche que ocultaba el otro ojo, llevando una mano a él y acariciando suavemente el tejido.

Tras unos segundos una leve sonrisa apareció en sus labios, seguido tras ello de una pequeña carcajada.

— რა იდიოტი ვარ ... — murmuró para sí mismo, y era verdad.

Tanto decir sobre su madurez y aún se escondía, aún no había sido capaz de desprenderse de aquellos niños que se reían de él por ser diferente. Allí no tenía por qué ocultarse, nadie iba a extrañarse por él en ese nímio detalle, era algo que había podido comprobar en el poco tiempo que había estado alli. Por ello aferró un poco más aquél trozo de tela y de un tirón lo separó de su rostro, dejándolo caer después a la húmeda tierra.

Tuvo que parpadear un par de veces hasta acostumbrarse a la luz que el sol reflejaba sobre las aguas, frotándose ligeramente el ojo derecho. Acto seguido volvió a mirarse en el lago. Ahora, un ojo azul claro como las aguas que tenía delante y otro azul oscuro como la noche le devolvían la mirada. Debía hacerse aún más fuerte, para que nadie más tuviera que volver a ayudarle. Y acababa de dar el primer paso.

Con calma se fue hacia un árbol cercano, sentándose en su base y sacando la baraja de cartas del bolsillo, aquella que había sido su entretenimiento desde Halloween. Y se dispuso a hacer lo mismo que aquella noche.

Spoiler:

Sora recorrió todo el campus y al final llegó al lago. A sus ojos era un lugar hermoso, pues uno de sus lugares favioritos eran los lagos.

No veía a ninguna persona a su alredeor, así que desilucionada al no ver a ninguna persona que pudiese ser su amigo decidió regresar a las instaliaciones de la academia. Pero al cabo de algunos segundos se arrepintió y comenzó a dar una vuelta al lago antes de regresar. Al avanzar unos cuantos metros observó que a lo lejos había un muchacho que se encontraba sentadó a la sombra de un árbol.

Al verlo se asustó, pues no se sentía segura de si podría hablarle o no. Decidió emprender una sileciosa retirada pero algo en ella misma la detenía "Esta es tu oporunidád de hacer un amigo. Se fuerte" se dijo a si misma.

Animada se dirigió hacia al muchacho

- Hola, mu-mucho gusto. Me llamo Sora y soy nue-eva en la Academia - dijo tímidamente...

Tan absorto estaba en las cartas que no se dio cuenta del tiempo que pasó allí sentado, ni siquiera se percató de la presencia de la muchacha rondando el lago. Solo cuando escuchó su voz alzó el rostro saliendo de su concentración y dejando las cartas a un lado. Una muchacha de cabello blanco acababa de presentarse, aunque parecía algo tímida por la forma en la que tartamudeó. Se levantó dejando las cartas en el suelo y expulsándose un poco la suciedad que se hubiese podido pegar en su ropa al estar allí sentado.

— Perdona, no me había dado cuenta que había alguien más... — confesó con sinceridad, llevándose una mano a la cabeza y revolviéndose ligeramente el cabello. — Mi nombre es Aníbal... un placer conocerte — respondió con una suave sonrisa.

Pensando en si alguna vez la había visto por la academia, ella misma se presentó como una alumna nueva. Al parecer últimamente estaban viniendo bastantes alumnos a aquella academia. Supuso que con lo que últimamente ocurría por el mundo, aquellos como ellos querrían aprender también a controlar sus propios poderes.

— Ya veo... por eso no me sonaba verte por aquí... — se agachó un momento a recoger las cartas. — ¿Y qué impresión te está dando la Academia de momento..?

El muchacho se paró del lugar donde se econtraba y se presentó " Mi nombre es Aníbal, un placer conocerte" dijo. A sora le alegró mucho que le haya respondio. Se sentía un poco intranquila pero al momento de responderle sintió que era una presona amable.

- Pues una impresión buena, me extraña todavía un poco el lugar pero me iré acostumbrando a él poco a poco - le respondió con una sonrisa - disculpa que te lo pregunte así pero - comenzó a decir - ¿De dónde eres?, Tu nombre no se me hace muy común que digamos. Bueno, aunque yo tampoco soy quien para andar diciendo eso puesto que el mio tambien es raro - dijo riendo tímidamente.

Se apoyó un poco en el árbol, cruzando los brazos sin dejar de observarle con atención, como hacía con cada persona con la que hablaba. Sonrió un poco al escuchar su respuesta, esperando a que terminara de hablar para contestarle.

— Me alegro, siempre los primeros días se siente uno un poco perdido, pero al final acabas por acostumbrarte. — Alzó un poco la ceja al escuchar la pregunta, aumentando un poco más la sonrisa. — Tienes razón, es un nombre poco común para el lugar donde nos encontramos... — rió levemente. — Soy de Georgia, en Europa... y no te preocupes, puedes preguntar sin miedo lo que quieras... — se apoyó un poco mejor en el árbol. — ¿Y tú, de dónde eres?

Cada vez sentía que la timidez la abandonaba y eso le alegraba. Escuchaba atentamente lo que decía el muchacho y se alegró mucho más cuando se enteró que era de Europa, aunque sabía que ese lugar se encontraba algo lejano de su país almenos conocía a alguien que también era del viejo continente. Sabía que había varios alumnos europeos al igual que ella pero todavía no se le daba la oportunidad de conocer a alguien de aquel lugar y eso la hacía sentir un poco más sola.

- Yo soy de Suiza - respondió alegremente - Esta un poquito lejos de Georgia, pero también está en Europa. ¿Sabes?, no pensé que conocería a alguién de allá tan rápido - le decía mientras sonreía.

Sonrió de nuevo al escuchar de dónde procedía. Pensándolo bien, era la primera persona que conocía del mismo continente sin tomar en cuenta a los implicados en el secuestro de Bulgaria. Aquella Academia era realmente famosa si personas de lugares tan distintos acudían a ella. Y no le extrañaba entonces que sucedieran cosas como las ocurridas días atrás.

— Aquí puedes encontrar gente de todas partes, aunque, si te soy sincero, también eres la primera persona que conozco de Europa sin contar lo de hace poco..

Acabó separándose del árbol poniendo una mano en su bolsillo.

— ¿Y qué hacías por aquí, dar una vuelta? — preguntó, buscando tema de conversación.

Mientras escuchaba al muchahco se dió cuenta que las personas provenientes de aquella parte del mundo eran pocas en esa academia, o al menos eso es lo que pensó.

Mientras seguía escuchando al muchacho le extrañó la última frase que había dicho "¿Lo de hace poco?" se repitió para sí misma. Se había comenzado a sumergir en sus propios pensamientos pero la voz de Aníbal hizo que regresase a la realidad.

- Pues es que estaba explorando los lugares de la academia y llegué hasta aquí - le respondió - ¿Tú también te encontrabas dando la vuelta? - le preguntó.

Vio a la muchacha ponerse pensativa durante unos segundos, por lo que estuvo realmente tentado a pasar la mano por delante de ella para ver si reaccionaba, pero cuando lo iba a hacer pareció salir de ese trance. Negó con suavidad, sonriendo ligeramente.

— No... bueno, en un principio sí, pero decidí quedarme un rato a pensar — contestó con simpleza. Miró de reojo a la orilla del lago donde descansaba su parche, pero se forzó a sí mismo a olvidarse de aquello volviendo a desviar la vista hacia la muchacha. — Si aún no la has recorrido toda podría acompañarte, como ves no tengo nada mejor que hacer — rió con suavidad.

Mientras escuchaba la respuesta del muchacho observó que se econtraba viendo hacía la orilla del lago, le seguió la mirada y observó una pequeña tela pero no le perstó mucha atención. Escuchó decir al muchacho que si ella quería podría acompañarla. -Eso me gustaría mucho, - le respondió - así al menos no me perdería tanto - se rió un poco - pero ya recorrí todo el campus, lo único que me faltaba ver era el lago. Aunque no me importaría dar otra vuelta por la academia - dijo sonriendo un poco. Dió un paso atrás mientras ponía sus brazos detrás de ella - ¿A dondé te gustaría ir? o ¿Preferirías quedarte un poco más aquí? - decía mientras se recargaba en un árbol cercano a ella.

Asintió con suavidad cuando le dijo que ya había recorrido el campus. Suponía entonces que no querría que le acompañase, pero se sorprendió gratamente al aceptar su proposición. La muchacha también miró hacia el lago, pero tampoco le importó demasiado. Ante la pregunta de que si quería quedarse un rato más negó suavemente con la cabeza, sonriendo un poco.

- No... ya podemos irnos. ¿Por qué no damos una vuelta por las instalaciones de la academia? -preguntó con una sonrisa, no sabía por qué pero quería terminar de alejarse de allí.

A Sora le entristesía un poco la idea de dejar el lago, aunque ciertamente quería recorrer otros lugares en la academia para explorarlos más afondo pues cuando ella dio su recorrido sólo pasaba de manera superficial por el colegio. Ahora que tenía con quien recorrer la academía se enconraba más que animada pues pensaba que podía ser divertido.

- Me parece bien - decía la peli blanca mientras caminaba un poco por el lago - ¿A que lugar te gustaría ir primero? - preguntó mientras se quedaba observando el lago, pues de alguna u otra manera le recordaba a su hogar.