Reflexionando después de Bulgaria. [LIBRE]

Esa mañana se había despertado temprano, no había podido dormir muy bien debido a algunas pesadillas que la habían perseguido durante la noche; al parecer su mente había tomado imágenes de lo pasado en aquella casa del terror para convertirlas en una pesadilla personalizada que asustaba bastante más que la misma realidad. Se estiró largamente aún sentada en la cama para notar que su compañera de habitación ya no se encontraba allí, jamás habían hablado y solo la veía a veces antes de irse a dormir, pero siempre le había parecido una chica muy amable y educada; ya hasta había logrado preocuparse por su bienestar cuando supo que había sido secuestrada.
Luego de lavarse la cara para terminar de despertarse dejando aquellos extraños sueños atrás, se puso ropa casual de la más cómoda que tenía y arregló su cabello en dos coletas como a veces solía hacer para luego salir a los pasillos y recorrerlos lentamente. Los lugares por donde pasaba estaban ciertamente desiertos y claro, seguramente eso fuese a causa de que en realidad si era muy temprano y la mayoría de los alumnos dormía aún.
Subió su vista al cielo que observaba a través de los cristales que componían el vidrio de los ventanales bien ubicados en los pasillos, el cielo estaba claro y despejado, el sol apenas asomaba y solo algunos pajarillos volaban lejanamente debajo de la enorme extensión azul.
-Sin duda hoy será… un maravilloso día…
Susurró aquellas palabras mientras se detenía para observar una pequeña nube que viajaba solitaria en el cielo, retomando luego su paso, caminando sin ir a un lugar en especial, hasta que finalmente terminó llegando a lo que ella reconocía como la entrada a la piscina del instituto.
-Nunca he venido aquí… podría entrar a ver como es…
Se llevo un dedo a los labios para tomarse unos segundos en decidir, hasta que finalmente sonrió para ella misma llevando su mano a la perilla de la puerta doble para abrirla lentamente, asomándose con una mirada curiosa y descubriendo que no parecía haber nadie en el lugar.
Ingreso lentamente recorriendo lentamente el gran lugar con la mirada, caminando unos pasos mientras observaba el techo para después bajar su mirada hacia la inmensa piscina que tenía enfrente, llena de un agua cristalina y de aspecto tan puro como si fuese sacada de un ambiente natural. Realmente el lugar se encontraba silencioso y parecía estar desierto, hasta que de pronto escuchó el ruido del agua siendo movida y al observar mejor notó un largo cabello negro desplazarse dentro del azulado líquido. Katia observo en silencio a la persona que allí estaba, era una chica y no era nada más y nada menos que su compañera de cuarto.
-Amm ¿Helena?... realmente pareces saber nadar muy bien…
Tal vez con aquellas palabras intentase romper el hielo, ya que después de todo era extraño convivir con alguien en una habitación y no haber hablado ni una sola vez, pero ella tenía la mejor voluntad de hablar con aquella chica de tan bonito cabello negro y lo demostraba en la pequeña sonrisa que en aquel momento se dibujo suavemente sobre sus labios.

Spoiler:

Observó como la portadora de aquel largo cabello azabache daba una vuelta más en la piscina, para luego acercarse a la orilla sacando su cabeza del agua y sorprendiéndose con las palabras que la peliceleste le había dedicado. La chica explicó que su buen estado físico se debía a su entrenamiento ya que en el pasado había practicado gimnasia, comentario ante el cual Katia sonrió levemente.
-Que interesante, yo solo he practicado un poco de danzas clásicas… -alejándose un poco para darle espacio-…pero me imagino que la gimnasia no tiene absolutamente nada que ver…
La observo dedicarle una sonrisa algo tímida para luego apoyar sus manos en la orilla e impulsarse para salir del agua, dejando que restos de ella escurriera por su cuerpo y su larga cabellera hasta volver a donde pertenecía, después estrujo su cabello intentando quitar el resto para después envolverse con una toalla mientras le preguntaba a Katia que hacía en aquel lugar.
-Solo salí a caminar por los pasillos de la academia… -dando algunos pasos lentos por la orilla-… aún no conozco todas las partes de esta enorme academia, así que… solo caminando llegue aquí…-girándose frente al agua-… tal vez podría meterme un día de estos, luego de que llegue el calor…-agachándose para meter n dedo en el agua-… debe ser bastante profunda mas allá…
Volvió a ponerse de pie y sacudió su dedo enseriando un poco su expresión mientras aun mantenía la vista perdida en e liquido azulado, hacia pocos días de lo sucedido en el baile y luego la misión para la cual ella supo que se habían llevado algunos alumnos; sabía que Helena había sido una de las secuestradas y realmente deseaba preguntarle cómo le había ido, preguntarle si estaba bien; decirle que podía confiar en ella si necesitaba hablar con alguien, pero eran tantas cosas que no sabía cómo expresarlas todas juntas.
-Has… ¿has estado bien?...-girándose hacia ella-… después de todo lo sucedido… todo fue tan rápido y alarmante, que apenas tuve tiempo de enterarme de lo que sucedía…-bajando la mirada-… m-me daba pena decírtelo pero… me preocupe cuando supe que te habían secuestrado…
Observó la punta de sus pies unos segundos para luego subir su mirada en busca de los ojos de su compañera, su expresión era serie pero amigable; ella quería apoyarla y hacer por ella lo que le fuese posible, por más mínimo; sabía bien y podía deducir fácilmente que aquella experiencia no habría debido ser para nada agradable.

Su expresión se suavizó un poco más al escuchar a la pelinegra reír, le había comentado que en realidad la gimnasia y el ballet si tenían puntos en común, solo que el ballet era tal vez mas “refinado” estéticamente.
-Ya veo…-dijo alzando las cejas levemente-
Escuchó a Helena comentar que aún no conocía toda la academia mientras se seguía secando el cuerpo y luego su larga cabellera negra con la toalla que había tomado. Asintió con un movimiento de cabeza a sus palabras para después ver como parecía resentirse del frío mientras escuchaba con atención sus palabras
La vio sonreír ampliamente mientras le agradecía diciendo que no debería haberse preocupado, pero que era bueno saber que alguien se preocupase por ella; para después de un suspiro agregar que realmente había sido una experiencia horrible pero que un amigo la había ayudado mucho, todo esto mientras jugueteaba con un pequeño mechón de su larga cabellera azabache.
-Me alegro que hayas tenido a alguien que te brindase apoyo… -perdiendo su mirada en el horizonte-… seguramente esto te haya facilitado bastante las cosas…-sonriendo de repente- ¡me imagino que ahora son muy buenos amigos!... eso es bueno…-mirando a la chica con una sonrisa-
Notó como la chica sonreía, al parecer había tenido quienes la ayudasen a superar más fácilmente aquel lamentable accidente y esto la dejaba más tranquila, que no estuviese sola era realmente tranquilizante; después de todo seguramente todos los que allí habían ido, habían pasado por experiencias similares.
Un silencio se hizo presente mientras ambas volvieron a mirar el agua cristalina frente a ellas, era un lugar muy pacífico y el viento dejaba escuchar su paso entre los pequeños rincones que rodeaban la piscina, mientras una suave brisa sacudía el cabello se ambas.
Sonrió levemente al escuchar el comentario de su compañera, si, por lo que tenía entendido Helena era Rumana y en aquel país el frio solía calar los huesos según lo que ella había leído en algunos libros, asintió con un movimiento de cabeza, el otoño comenzaba en Peaceville y parecía que realmente deseaba traer un frío helado junto con su llegada.
-Supongo que no… pero esa temperatura ser más agradable para llevar clases que requieran esfuerzo físico, el calor suele agotar más rápido…-girándose hacia Helena-…deberías vestirte, no es bueno que tomes frío… no quiero que mi compañera se enferme.-sonriendo ampliamente-… si quieres podemos ir al comedor a desayunar algo delicioso.
Luego de decir aquello acomodó un poco de su cabello que el viento despeinaba levemente mientras esperaba la respuesta de Helena, en verdad tenía curiosidad por los detalles de aquella misión, pero no se animaba a preguntar así como así. Además de eso tenía curiosidad de conocer un poco más a la ojivioleta, le resultaba una persona interesante así como también el poder que ella poseía, siendo intocable; tan amable y tan peligrosa.

Luego de una pequeña pero agradable risilla la pelinegra dijo que ella no se enfermaba con cosas tan simples, Katia solo asintió con un movimiento de cabeza a este comentario para después regalarle una pequeña sonrisa. Observó como la chica se levantaba envuelta en la toalla para tomar una mochila que se encontraba a un costado, que Katia no había notado pero que al parecer le pertenecía a su compañera.
-Aquí te espero…
Dijo esto casi n un susurro respondiendo al pedido de la chica, para luego de observarla marcharse en dirección a los vestidores, girarse a la piscina y acercarse al borde para volver a meter un dedo en el agua, formando pequeños círculos dentro del agua que finalizaban en pequeñas ondas que aumentaban su tamaño para perderse en la inmensidad de aquel liquido azulado.
Una vez hubieron pasado aproximadamente unos diez minutos Katia se había sumido en sus pensamientos y en algunos recuerdos felices y otros no tanto, hasta que de pronto oyó la voz de su compañera avisándole que ya estaba lista. Poniéndose de pie se giró hacia ella para dedicarle una sonrisa mas mientras observaba el bonito vestido que se había puesto y que le quedaba muy bien y parecía ser muy de su estilo.
-Muy bien, entonces vamos…
Dijo aquello con una gran sonrisa al anoticiarse que su invitación había sido aceptada, mientras observaba como ella se tocaba el estomago que tal vez le estuviese reclamando alimento, para después tomar su muñeca suavemente, iniciando el camino.
-Veremos qué cosas deliciosas nos ofrecen para desayunar… debemos tener buenas energías para el resto del día…
Dicho esto continuó caminando con la chica, observando como el viento agitaba su larga y húmeda cabellera negra para después bajar la mano y tomar suavemente la de ella, no la forzaba air a ningún lado, así que pensó que esa sería la mejor forma de salir a caminar juntas por los pasillos de la academia.