Un simple almuerzo [Privado]

Era un día como cualquier otro, y como un día normal en la rutina de la belga, luego de unas horas de comenzar al trabajo, casi siempre al mediodía, era hora del almuerzo. Si bien nunca fue una hora que esperase con ansias desde que se volvió enfermera, era también muy vital, pues significaba una comida nutritiva que haría que su cuerpo estuviese saludable. Siempre tenía precaución con lo que escogía comer, mas no por ello siendo una paranoica. Caminaba hacia el comedor con un paso tranquilo, sin apresurarse.

Con delicadeza, abrió la puerta del comedor sin hacer ruido, ingresando silenciosamente al comedor. Varios alumnos hacían la fila para servirse su almuerzo. Ella igual se acercó, observando desde su lugar la comida a escoger. Se puso de puntillas una vez para verlas mejor, y una vez pensó lo que ya deseaba y la fila disminuyó, con su bandeja en manos se decidió a ordenar su almuerzo. Una vez servido, pagó por dicha comida y tomando nuevamente la bandeja entre sus blancas manos, la rubia buscaba un asiento.

Miraba alrededor, pensando en donde sentarse. La mayoría de los asientos estaban ocupados, especialmente donde ella le agradaba pasar su tiempo mientras almorzaba. En aquel lugar, cerca de un gran ventanal que poseía una esplendorosa vista hacia los verdes jardines, siempre llenos de vida y flores bellas, estaba un joven de curioso cabello azul. Parpadeó un par de veces, y cuidadosamente se fue acercando a la mesa, habiéndose percatado que sobraba un asiento y no se encontraba ninguna otra persona sobre la mesa. Apretó la bandeja entre sus manos, y al final, decidió preguntarle al alumno.

-Disculpe, alumno.-esperó que eso sirviese para llamar su atención.-¿Podría tomar asiento junto a usted?-inquirió con una suave sonrisa, sin aún colocar la bandera sobre la mesa. En caso de que la respuesta fuese un “no”, simplemente se retiraría pidiendo disculpas por su descortesía, en caso de que fuese un “sí” estaría eternamente agradecida con el joven por ser tan amable.

Una mañana muy agitada, desde que me habia levantado no habia hecho nada de nada, algo muy frustrante, un gran suspiro salio de mi viendo con algo de duda la bandeja llena delante de mi, por el momento no tenia mucho apetito por el contrio, mas bien sentia la necesidad de hacer algo verdaderamente util, cerre mis ojos intentando recordar el camino que me habia llevado ahi...
- "di vuelta a la izquierda y segui derecho, despues doble a la derecha, no, izquierda, ay mierda"
mi i-pod sonaba suave mas para relajacion que como otra cosa, mi concentraion fue interrunpida por una dulce voz que apesar de los audifonos pude escuchar.
La mire con curiosidad era muy grande para ser una alumna y no llevaba uniforme
- sssi, si si, claro - arrime mi bandeja y me recorri un lugar para que pudiese sentarse sin nungun problema
no podia partar mis ojos de ella pues realmente me daba gran curiosidad

No fue necesario esperar por mucho tiempo para recibir a cambio una cortés respuesta. Colocó su bandeja sobre la mesa con cuidado y sin ser alborotosa. Antes de sentarse observó al muchacho, dedicándole una sonrisa sincera. Debía agradecerle por su amabilidad, cualquier persona podría haberle dicho que no y enviarla a otra mesa.

-Muchas gracias, joven.-asintió, tomando el espaldar de la silla y tirando suavemente del mismo, tomando asiento y acomodando un poco el vestido que traía. Se dispuso a tomar sus cubiertos, viendo su bandeja y luego, al de cabellos azulados.-Buen provecho.-musitó suavemente, preparándose para poder comer.

Primero se llevó algo de comida a la boca, mas seguía sintiendo la insistente mirada del alumno sobre sí. Esto provoco que alejase el cubierto de sus labios, deglutiendo su comida y sin levantar el rostro. No había visto a ese joven antes, lo que le causaba curiosidad. Siendo ella la enfermera, era bueno saber de vez en cuando quienes eran los alumnos heridos u afectados, ¿no? Alzó el rostro con cuidado, acomodando un par de sus cabellos.

-Disculpe si le molesta, pero, ¿podría saber su nombre?-dejó el cubierto a un ladito de su plato, observándolo con cuidado, viendo sus facciones para así memorizar su rostro y no olvidarlo.-No creo haberle visto antes, es por ello que pregunto.-

asenti con la cabeza hacia el primer comentario que hizo, me voltie un poco hacia la vandeja para depues posar de nuevo la mirada hacia la chica escuchando lo segundo, haciendole una señas con l mano en forma de gratitud
- "antes me llamo alumno, ahora joven, definitavente es una empleada de la escuela, maestra no es o si ??" - de nuevo mi mirada de nueva hacia ella viendola discretamente de arriba a abajo
- "no maestra,no es, entoces?? puede ser... veamos que mas necesita una escuela, jardineros?? ella no tiene facha de jardinero, cosinera, no, si fuera cosinera no estubiera a mi lado comiendo, entonces??"
su voz nuevamente me saco de mi mente, volteandola a ver con algo de asombro por la pregunta
me aclare la gargante - Len, Len Tsukimori - dije sin vacilar - y es que acabo de entrar apenas ayer, disculpe usted es... ?? - deja la pregunta al aire

Len Tsukimori. Curioso nombre, pensó, recordando que para su tiempo en Crusaders igual se encontraban nombres raros en la academia. No preguntó, mas llegó a la deducción de que seguramente ese joven era un alumno de otra escuela. Lo comprobó finalmente al escuchar sus palabras.

-¿Ayer?, eso lo explicaría todo.-guardó un poco de silencio, escuchando finalmente la interrogante ajena.

¡Pero qué mal educada! Pide nombre contrario mas no se presenta a si misma. Ah, muy mal, eso estaba demasiado mal, Cassie. Se reprendió mentalmente, notándose en su expresión algo de vergüenza por preguntar el nombre de la otra persona y no presentarse desde un principio.

-Soy Cassie, Cassie Vanderhoeven. Perdone por no haberme presentado en un principio, soy la enfermera escolar.-explicó en sencillas palabras, tragando algo de saliva al recordar su metida de pata la vez anterior.-Siendo usted nuevo, no dude en pedirme ayuda si la necesita, joven Len. -ofreció casi como agradecimiento a haberle dejado sentarse consigo.

- lo explica todo?? - repeti sin entender, mas o menos - eso me dice que usted puede conocer a todos los alumnos??
hice un ademan con la mano estendiendola hacia el resto del alumnado que se encontraba ahi.
La mire con suriosidad miestras esta se perdia en su mente por un rato hasta qeu reacciono y me dijo su nombre y puesto en la academia
- Cassie... Vander que?? - dije trabandome la lengua al intentar pronunciar su apellido - a disculpe por mi falta de educacion - me disculpe sin darle importancia - enfermera eh?? gracias por su gentileza pero dudo que algun dia pueda pedir sus servicios, tal vez como guia de la escuela me pudiera servir pero como enfermera lo dudo - voltie e ver mi vandeja de nuevo
- "y lo hiciste de nuevo, siempre tienes que ser tan brusco con la gente, hay bueno"
- oiga disculpe por lo anterior tambien señorita Vander... Vande Cassie, puedo llamarla asi, verdad?? su apellido no me da

-Si, en mi caso, a veces recibo muchos alumnos en la enfermería, e igual explicaría el hecho de que no conociese mucho sobre el personal de la academia.-intentó darse a entender lo más educada posible, mirando hacia el resto del alumnado.-No les conozco a todos, pero muchos rostros son familiares una vez se pasa mucho tiempo en la academia, a eso me refería.-no le sorprendió que no pudiese pronunciar su apellido, no era la primera vez que le sucedía eso. Recordaba que la primera vez en la academia, varios alumnos jamás pudieron pronunciar su nombre hasta semanas después.

-Vanderhoeven, no se preocupe si no puede pronunciarlo. -volvió a decir, notándose que su cejo se arrugaba sutilmente por la brusquedad del muchacho. Una sonrisita se poso en sus labios, como ignorando el hecho de que la brusquedad en las palabras contrarias no fueron de su agrado.-De hecho, me refería a ello, joven. Sobre mis servicios, intentaré confiar en sus palabras de no necesitarlos, mas si realmente los requiere no se los negaré.-fue una respuesta educada para tan brusca contestación. Cualquier persona hubiese insultado al joven, mas ella no lo hizo.-Si no puede pronunciar mi apellido no sucede nada, puede llamarme solo Cassie.-habló acostumbrada a esa clase de situaciones.-No se disculpe, no pasa nada.-le regalo una sonrisa amable.

Habiendo hablando tanto, olvido su propia comida, por lo solo segundos luego, se dispuso a continuar con la misma. No seria muy lindo de su parte solo hablar y al final desperdiciar comida, con tantas personas deseando tener un plato en sus mesas en ese instante.

- ya veo, claro lo que mas necesita una escuela donde se conbate es una enfermera - murmure sin saber si me habia escuchado o no
- me imagino que uno por lo menos a pasado una vez por la enfermeria
mire de nuevo a la masa de alumnos que habia en el comedor
- "Vender... Venderho..."
por mas que lo intentaba no lo podia pronunciar bien, a lo mejor con algo mas de practica, volvia a voltearla a ver pues habai dicho otra cosa - y nuevente le agradesco señorita Cassie, espero confiar tambien yo en mis mismas palabras - lo dije mas con algo de arrepetimiento por la brusquedad de antes pues de verdad que ya no hallaba ni como disculparme, pues al parecer la parte enojada habia vuelto al cajon y ahora salia la arrepentida, la observe como se dipnia a comer e intente hacer lo mismo pero realmente el apetito no se me habria, asi que solo tome la manzana y comenze a morerla intentando ya no distraer a la enfermera