Contigo aquí... (priv. Dylan)

Apenas había abierto los ojos con los primero rayos del sol Alina se había dado cuenta que sería un hermoso día, el clima y la temperatura lo indicaban ya desde temprano. Notando esto decidió que sería una buena oportunidad para sacar a pasear a Dill ya que hacía bastante tiempo de la última vez que lo había llevado a los jardines, pero en ese momento no pensó en los jardines, si no en otro espacio pero que también era natural y muy bonito; el lago. “¿Los erizos nadaran?” pensaba mientras caminaba por el pasto acercándose a aquel lugar en donde había conocido a ese chico que usaba un parche en un ojo.
-Bien Dill… hoy te traje a conocer un nuevo lugar… pero muy bonito…-dijo sonriéndole al pequeño animal-
Arrodillándose en el piso abrió la puertita de la jaula dejando salir a su adorada mascota, que olfateó el aire con algo de desconfianza y comenzó a asomar su cabecita lentamente. Alina solo sonreía llenándose de ternura con cada acción del pequeño animalito, no podía evitarlo, simplemente era demasiado tierno. Se sentó frente al lago con Dill sobre sus piernas y mientras lo acariciaba suavemente observaba las aguas cristalinas que se reflejaban en sus ojos, ese lugar parecía ser tan pacífico que llevaba a relajarse inevitablemente. Unos minutos pasaron así en un completo silencio hasta que de pronto un ave de tamaño medio pasó volando bastante bajo para sentarse en el agua y en ese momento el pequeño erizo se asustó notablemente, pegando un salto brusco escapo de las manos de Alina.
-¡Dill espera!
Levantándose de prisa comenzó a correr detrás del pequeño animal que se veía bastante ágil y ligero sobre el verde pasto. Le asustaba la posibilidad de perderlo porque lo adoraba y porque además temía que pudiera pasar hambre, debía atraparlo a como dé lugar. Aumento su velocidad y estirando bien sus brazos logro tomar al pequeño animal, pero resbalo con el pasto mojado y comenzó a caer, al notar esto se llevo al animal al pecho y se giro tanto como pudo para caer al suelo de espaldas. Cayó sentada sujetando a Dill sobre su pecho con ambas manos, pero enseguida tuvo esa sensación de que había caído cerca de algo. Al abrir un poco los ojos noto que en realidad estaba sentada en medio de un par de piernas y parecían ser las de un chico-
-Auch…-dijo suavemente al sentir las espinas del erizo, luego se sonrojo bruscamente-… ¡lo siento! ¡¡de verdad lo siento!!
Apretó los ojos con fuerza mientras su sonrojo aumentaba, no tenía el valor para ver al chico que estaba frente a ella ya que se moría de vergüenza de haber caído sentada en medio de sus piernas, con los ojos aún cerrados esperó todo tipo de insultos y recriminaciones antes de por fin levantarse de allí, aún así se sentía contenta de haber protegido a Dill para que nada le sucediese.

Dylan había salido a pasear un momento al lago, desde que había entrado a la Crusader no había ido a explorar ese hermoso lago que se divisaba a lo lejos, se convenció de ir a verlo, cuando camino un poco a los alrededores del lago mirando las aves de diferentes especies pasar, se decidió a sentarse un momento en el pasto que se miraba fresco y verde.
Permaneció un tiempo sentado disfrutando la brisa del viento, se distrajo un momento mirando un árbol que danzaba con la brisa del viento, cuando repentinamente sintió que algo cayó encima de el, en reacción cerro los ojos y se cubrió con los brazos la cabeza, pero la persona que había caído sobre él, había aterrizado entre sus piernas, abrió los ojos y retiro sus brazos para mirar que era un chica, si, una chica llamada Alina, se sonrojo de golpe por completo bastante sorprendido,

- E-estas bien?- pregunto preocupado pues parecía que la chica había tropezado, pudo mirar al pequeño erizo entre sus brazos, y la chica aun nerviosa por lo que había sucedido, sentía que tenía que retirarse, pero no se podía mover de los nervios, pero primeramente quería saber si la chica no se había golpeado muy fuerte, pues le pareció escuchar un “auch” – Si… N-no hay problema si caíste sobre mi, p-pero estas bien?- dijo más preocupado que avergonzado.

Abrió los ojos lentamente al escuchar una voz que le resultaba familiar, una voz que le gustaba mucho; la voz de Dylan. Giro su cabeza aún sonrojada y su sonrojo aumento repentinamente cuando corroboró su hipótesis de que se encontraba sentada entre las piernas de su amigo.
-D-Dylan…-dijo abriendo bien grande sus ojos-… e-estoy bien…
Notó como el chico se había sonrojado tal vez por el contacto repentino, observando al pequeño erizo en sus manos descubrió que se encontraba bien pero su dedo había sido pinchado por una de sus espinas por lo que había dejado escapar un “¡auch!” casi sin darse cuenta. Con cuidado se levanto del suelo, poniéndose de pie e inclinándose levemente volvió a pedir disculpas a su amigo por caerle encima, aunque se alegraba que el golpe se lo hubiese llevado ella y no lo hubiese golpeado a él.
-Emm estaba paseando a Dill… se asustó de un pájaro y comenzó a correr… esto… iré por su jaula…
Dicho esto salió casi huyendo de ahí para buscar la jaula del pequeño animal que estaba a unos cuantos metros de allí, ni modo que la dejara tirada, después de todo era la casita de su mascota; pero más que nada parecía querer huir de la forma en que su corazón latía al darse cuenta de que había estado tan cerca del ojiazul, desde hacía unos días pensaba en él muy seguido y se ponía nerviosa cuando estaba a su lado, aun no podía entender que era lo que le sucedía, pero extrañamente ese sentimiento parecía llenarla de felicidad.

Se percato de que apenas Alina se había dado cuenta de su presencia, pudo notar su sonrojo repentino, y solo se quedó mirándola algo avergonzado mientras ella decía que estaba bien. Pudo mirar como la chica si se había lastimado con el erizo, y solo se preocupó un poco, la chica se levantaba del suelo totalmente nerviosa y seguía pidiendo disculpas, el chico también se puso de pie, y solo respondió con una sonrisa ruborizándose, pues todo esto había sido bastante incómodo.
La chica intento explicar que su erizo había escapado porque se asustó con un ave, y luego afirmo que tenía que ir por su jaula, se miraba tan nerviosa y avergonzada, que Dylan no podía dejar de sentir ternura ante su actuación, solo expresando una sonrisa, después que miro que se alejó rápidamente actuando demasiado extraño, este la siguió hasta donde la chica tenia colocada la jaula,
-Alina… Tranquila, no estoy molesto, que bueno que Dill y tu estén a salvo- dijo mientras sonreía ilusamente pensando que la chica estaba nerviosa por lo que había cometido accidentalmente –Aunque parece que si te lastimaste, Dill se asustó y saco sus espinas cuando caíste, cierto?- dijo repentinamente preocupado –Vamos, tenemos que lavar la herida- dijo alzando la mano para que ella la tomara, como siempre lo había hecho, tomar la mano de Alina lo hacía tan feliz.

Luego de aquella extraña huida llegó rápidamente a donde se encontraba la jaula, luego de colocar a Dill dentro de ella observó su dedo, una gota de sangre colorada escapaba de la lastimadura. Antes de que pudiera hacer nada escuchó la voz de Dylan pronunciando su nombre y diciéndole que todo estaba bien y que no se había enojado, pero ella no prestó casi atención a esto, se giró hacia el pensando en que le gustaba como el ojiazul pronunciaba su nombre, le gustaba oír aquella voz diciendo su nombre. “¿Qué me está pasando…?” se preguntaba confusa cuando él la saco de sus pensamientos diciendo que ella se había lastimado y que era necesario lavar la herida.
-Es verdad… si… vamos…
Dylan alzó su mano como era de costumbre, colocando la palma hacia arriba, en la posición perfecta para que Alina deslizara su pequeña mano sobre ella y así lo hizo, tímidamente colocó primero sus dedos para deslizarla suavemente hasta tomar a mano de el levemente; con este simple y pequeño acto ya pudo sentir a su corazón acelerarse notoriamente. "¿Puede ser esto solo amistad?” pensaba mientras caminaba lentamente, las reacciones de su cuerpo la confundían, aún así cierta idea había comenzado a aparecer en su mente, pero no estaba para nada segura de ello, solo sabía que le gustaba estar con él y que le gustaría estar así juntos todo el día si eso fuese posible.
-Tal vez debamos ir a la enfermería por una vendita… las heridas en las mano suelen molestar bastante…
Seguía caminando mientras tomaba la mano de su amigo con su mano herida y con la otra llevaba la jaula de su pequeño amigo, que parecía haber recuperado el ánimo y en esos momentos corría alegremente dentro de la jaula, comiendo un poco o mordisqueando los barrotes.