Compañeros de habitacion

Por fin en su habitación. Abrió la puerta de su habitación sin importarle si había o no alguien dentro de la habitación, sin pensarlo dos veces se fue a su cama, tomando la maleta y después de sacar algunas cosas se metió al cuarto de baño.

En poco en se escucho como estaba sonando el agua corriendo; el movimiento en esta habitación no fue mucho, solo lo necesario como para saber que alguien estaba ahí. Después de un rato, Liam salió de aquella pequeña habitación, con la ropa que se había puesto y una toalla cubriéndole la cabeza un poco ya que se encontraba secándose el cabello. Fue que se dio cuenta de que no estaba solo en aquella habitación.

Miro al chico que al parecer era su compañero de habitación analizándolo un poco, poniéndose la toalla en los hombros.

“Supongo que eres mi compañero de habitación ¿no? Soy Liam, mucho gusto.”

Observo como la mano estaba extendida ante él, levanto la mirada a la cara de Alessandro y posteriormente tomo la mano que se le ofrecía estrechándola con suavidad. No pudo evitar que su mirada analizara automáticamente al joven; primero observo cómo estaba vestido, su cabello, su imagen…todo.

“Si, hoy llegue a la academia, desde muy temprano.” Por no decir que lo había hecho prácticamente desde la madrugada. “Justamente vengo de recorrer toda la zona.” Se removió un poco la toalla aun sintiendo los cabellos goteantes, así que sin más demora se acomodo un poco está en la cabeza y se dio una buena sacudida con la tela, terminando por fin con el cabello empapado, dejándolo un tanto húmedo nada más.

Se quito la toalla de encima, extendiéndola en la cómoda de la cama, pasándose un poco los dedos por entre el cabello largo, ya que le había quedado muy desarreglado por el movimiento y aun lo tenía un poco así. “Lo siento, o me lo secaba ahora o terminaría dejando una marca de agua por todo el piso.” Se medio disculpo por haberle dado de repente la espalda.

“¿De dónde vienes tu Ángelo? ¿Alessandro?” Tanteo un poco para saber cómo era que el otro quisiera que le llamara.

“De acuerdo Ángelo.” Le respondió al chico un poco dudoso de escoger uno de los dos nombres del chico, pero si decía que podía contradecirlo. Se acomodo en la cama, tomando la maleta y de ella extrajo varias cosas que deberían de estar en su buro, algunas cosas personales, otras como crema y eso. Sin dudarlo fue acomodándolo en el buro que tenia, dejando encima de este también lo que necesitaba de primera mano.

“Si, en efecto soy ingles. ¿Lo supiste por el acento?” Se sorprendió un poco al escuchar lo que decía, mirándole con una ceja un tanto alzada ante aquello. Bueno, tampoco era como si escondiera su nacionalidad y el acento era demasiado firme como para poder modificárselo, claro, de haberlo querido hacer.

“Soy de Liverpool. ¿De dónde vienes tú? Me suena a que eres europeo, por el nombre más que nada.”

Se agacho tomando otra de las maletas donde tenía sus ropas y comenzó a sacarlas en la cama, empezando a dividirlas y poniéndole un gancho (Los que se usan para colgar en el ropero). “Ah, ahora comprendo porque decías eso.” Entonces eso quería decir que si habían muchos ingleses en esa academia. Era raro, puesto que había una academia en ese país, el había sido mandado solo para que no reconocieran el apellido.

“A veces me pregunto cómo es que pueden haber muchos jóvenes de otros continentes aquí. Escuche que hay más academias alrededor del mundo. Pero, bueno, deben de tener sus razones así como yo.” Tomo las primeras prendas que había enganchado y después se dispuso a ponerlas en el armario dejándolas bien acomodadas.

“Italiano, interesante, siempre he querido visitar ese país.” Contesto sinceramente, pues había muchos países que él quería conocer, entre ellos, justo ese. “Tengo 17, la supuesta edad especial de la rebeldía por ser el último paso al ser adulto.” Se rio un poco, volteando a verlo. “¿Tu cuantos tienes? ¿También 17?”

“Bien, digamos que la familia Johnson, no estaba muy de acuerdo con tener a un mutante entre ellos, menos a una tan vistoso.” Hace referencia a su color de piel, jalándosela un poco. Se acerco de nuevo a su cama, acomodando lo que le quedaba de ropa. “Obviamente no querían que nadie reconociera el apellido y aquí me tienes.”No es que no le gustara EUA, pero era muy diferente en este lugar a como era allá en su país natal, por ello no se acostumbraría tan fácil como él pensaba. Pero ahora por lo menos su compañero de habitación se miraba muy bueno, los dos podrían aprender juntos.

“No pasa nada, tu país es lindo, por eso digo que me gustaría conocerlo. Suena muy interesante, además su arquitectónica es muy llamativa.” Le sonrió de regreso. Esperaba tampoco sonar demasiado amistoso, no lo quería asustar, o sonar muy desgraciado, pasaría lo mismo. Lo que intentaba era verse más que nada...cordial, en lo que se conocían los dos.

Se sorprendió claramente cuando le dijo que tenía 15, no lo parecía, por lo menos no a su parecer. Parpadeo bastante confundido, pensando en que parecía hasta verse algo mayor que el. “Pues...Un poco, debo de decir que si imagine que tendrías mi edad, por eso nótese en mi cara la sorpresa.” Dejo en su ropero lo que quedaba sus prendas, para recargarse con una mano en la puerta de este, mirándole atento. “Un poco, más bien es la edad donde hechas casi todo a perder y quieren darte mas responsabilidades de las normales. Yo prefiero pasar por mientras de eso. Tú sabes, no es que me moleste pero…me gustaría más ser un poco más joven. Da hasta miedo decir que próximamente me darán el ID de identificación.”Aunque más bien, a él le gustaría ser más libre para poder hacer lo que quisiera. Le frustraba un poco tener que reprimirse.

“¿Enserio? ¿Me lo juras?” No sabía si estaba bromeando con el o no, pero es que… ¿Quién era tan despistado o tan ciego que no se daba cuenta cuando un pitufo entraba en la habitación? No quería creer que fuera una broma, ya que el chico se le estaba haciendo muy agradable, de hecho, pero si tenía un tanto de miedo a que se quisiera burlar de el; dígase que no tenía buenas experiencias con ello, por eso estaba ya algo dudoso.

Se paso la mano por el brazo un tanto incomodo por los pensamientos que surcaban su mente, hasta que su atención fue llamada por el otro. Levanto la mirada ante la propuesta de ser guiado por él. Ángelo no se miraba una persona que bromeara con esa clase de cosas, pero si quería tener un poco de cuidado con eso, ya estaba un tanto estigmado desde su pasado.

“Depende, si estas por allá estaría perfecto, no quisiera que te tuvieras que hacer el viaje solo para guiarme por tus tierras.” Sonrió ligeramente intentando quitarse lo malo que había estado pensando antes. “Oh, ¿Así que te ejercitas?” Comento alzando una ceja con la sonrisa volviéndosele un tanto divertida. Si, era mejor pensar que lo dijo sin pensar y no con intensiones, es por ello que ahora inclinaba la cabeza unos 45 grados, para ver los cuadritos que le mostraba. “Curioso, por lo general debo de invitar por lo menos una copa a un chico para que me muestre algo de carne en el. ¿Qué pasaría si te invitara la copa?” Bromeo también, considerando que era alguien de 15 años.

“Mi poder no es muy original, creo. Soy un metamorfo, cambio de figura a mi placer.” Estuvo tentado a cambiarse, pero mejor se esperaba a ver que le decía el otro. “¿Y tú? ¿Qué poder tienes?”

“Jeje…” No lo pudo evitar, comenzó a reír ante lo que dijo. Habían tantas frases que se le ocurrían ante lo que dijo que podría comérselo. A su parecer Ángelo era una persona demasiado tierna un tanto inocente si se lo preguntaban. –Siento que si sigo hablando con el de estos temas me lo terminare comiendo de golpe.- Pensó el chico después de reírse un poco, ya lo que había pasado antes se le había medio borrado un poco, prefirió mejor pensarse sobre lo demás. “Ok, pero mínimo déjame te conozco un poco mejor, después podemos planear nuestra vuelta por el mundo.” Ok, no lo pudo evitar, no era que fuera muy bromista, pero era algo que no pudo evitar con el chico. “But the way…”

Se acerco sentándose en la cama en ella, ya no le quedaba mucho que desempacar, así que solo cerró las maletas vacías y las dejo debajo de la cama. “Lo siento, bromee un poco, no lo tomes muy enserio.” Se disculpo con este.

¿Así que era magnético? Ese poder le gustaba, sonaba atractivo de la buena manera.

“¿Transformarme? Mm…” Se quedo pensándolo un poco. “Ok, no creo que sea molestia hacerlo, solo dame un momento.” Cerró los ojos comenzando a concentrarse…

(Dadooooooos!!! Constitucion. 6 + 3 = 9. Narracion)

…Su cuerpo comenzó a cambiar lentamente, desde el color y corte de su cabello, hasta la figura que tenía su cuerpo. Cuando abrió los ojos eran de un tono azul claro y sus cabellos rojos y cortos. La piel, eran normal. Le había sido dificultoso, pero logro su transformación, aunque no fuera completamente perfecta.

“A veces salgo así a la calle…es una de mis figuras.” Le sonrio un tanto cohibido, como si le avergonzada un poco.

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“No es muy complicado de hecho, debería de ser lo mismo que como cuando tu usas tu poder…supongo.” Le dijo con una sonrisa un tanto tímida. Pfft ahora él era el tímido. No podía creer que tan solo le decían cosas como sorprendente y ya estaba con la sonrisilla de colegiala a medio morir. Debía de aprender a controlar eso. Se rasco un poco al mejilla, siendo casi el momento en el que sintió más cerca a Ángelo. Abrió los ojos un poco, alzando la cara para verlo mas de cerca y pidiéndole el poder tocarle.

“Supon…” Ni le había contestado cuando el otro ya estaba tocándolo. Ok, ahora si se había sorprendido, parpadeando varias veces como si la confusión lo llenara. No pudo evitarse el hacer un poco para atrás la cabeza, después comprendiendo que había sido muy impulsivo pensando en cómo se hubiera sentido el otro. “Perdón, es que me sorprendiste un poco. Ni siquiera te pude decir que si…aunque pensaba decírtelo de todas maneras.” Le sonrio de manera afable. “¿Qué pensabas? ¿Qué seria piel rugosa o con tacto a papel?” Se bromeo un poco tomando la mano de el chico y llevándola de nuevo a su brazo para que acariciara su piel. “Tan linda como la de un bebe.” Y se soltó.

“Tengo varias, no son muchas, a lo mucho serian como 5. Lo malo es que por ahora como ando un poco cansado apenas puedo hacer una. Después te puedo mostrar las demás.” Confeso. Si estaba cansado por todas las vueltas que dio, por ello estaría más cómodo tan solo con una de sus figuras en lugar de comenzar a sacarlas todas como muñeco de aparador.

“Y… ¿No me quieres mostrar tu el poder que tienes?”

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Se quedo quieto y sonriente esperándole. Observo la moneda que sacaba, mirando lo que hacía con ella pero… ¿No le salió? Solo miro como cayo sin remedio el pedazo de metal y después la cara de decepción que se iba formando en su rostro. Entonces sí, no le había salido aquella técnica como había querido el otro. No pudo evitar que una risilla saliera, no tanto por la burla, si no porque se le hizo un poco cómico aquella cara tan tierna que le puso al no poder completarlo.

“Recuerda que estamos en la academia por qué no podemos usar nuestros poderes al 100%.” Le dijo apara animarle. “Siempre nos pueden pasar cosas cuando estamos usando los podres, hay ocasiones en los que de plano, no nos servirán de mucho.”


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Cerró los ojos, sintiendo como su cuerpo comenzaba a regresar a su estado normal. Azul. Ahora ya no podría decir que era su color favorito, realmente. Abrió los ojos fijándolos en Alessandro y después le sonrió con cierta ternura. Le recordaba como a un hermano menor, aunque nunca tuvo ninguno. “Anda, si quieres ducharte hazlo, después me puedes mostrar le poder mejor, se que la próxima vez que lo hagas se verá tan genial que mi boca no se cerrara de la impresión.” Le dio ánimos.

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“Lo siento.” Le comento ante lo que había pasado. Se sintió mal al ver que no pudo y que le había afectado demasiado al chico, no pensó que su orgullo decayera tanto al grado de poner esa expresión. Debía de ser muy duro para el chico, de verdad.

Cuando escucho lo de la ducha, pensó que sería mejor, se notaba un tanto cansado el chico y así por lo menos estaría más puesto a la hora de que quisiera volver a usar su poder. Podría ser que ya más relajado le saliera con mayor facilidad. Eso o terminaba fallando de nuevo y con ellos terminaba con el orgullo más abajo que la corteza terrestre…demonios esperaba que si le saliera usar de nuevo su poder.

Se tomo las cosas que le faltaban de la última maleta, acomodándolas en el lugar especifico en el escritorio, como libros y tales cosas. Se inclino un poco cuando uno de sus libros se cayó al suelo, llegando a ver por el espejo de pie a su compañero. Fucking shit, se estaba desvistiendo en la misma habitación, no era que le molestara, tenían lo mismo, pero el menor tenia buen cuerpo y no pudo evitar quedársele mirando unos segundos de mas por el reflejo, regresando rápidamente la mirada a los libros.

¿Qué demonios le pasaba a la vida que ahora le traían tentaciones de ese tipo? No lo sabía, pero parecía que se confabulaba en su contra o algo por el estilo.

Al escuchar la regadera corriendo, aprovecho para elegir un par de prendas, no tardaría mucho en ser hora de dormirse, por lo que ahora tenía que hacer lo mismo que su compañero y cuando el saliera meterse a duchar. Estaba cansado también, por lo que una desvelada no seria buena.

Alzo una ceja al ver como había salido su compañero de habitación. Demonios, tenía que maldecirse miles de veces el mismo ya que no pudo dejar de mirar como ciertos bóxers se le apretaban muy bien al cuerpo. Es por ello que no pudo evitar que su cabeza se inclinara un poco, observando lo bien que estaba enmarcándose el joven delante de él, tan solo causándole que se comiera con los ojos el cuerpo.

-Ya Liam, apenas llegaste y ya te estás comiendo con la mirada a tu compañero. Mejor espérate un poco mas.- Se dijo a si mismo obligándose a no ver a su compañero de habitación.

“Si, estoy un tanto cansado y creo que debo de irme a dormir en nada. Así por lo menos aguantare un poco las clases.” Simplemente no se le lanzaba al su compañero porque se le hacía demasiado inocente. Por como hablaba y todo se le hacía como que violaría a un virgen o algo por el estilo. Bueno, esa era la impresión que Alessandro le estaba dando con lo que estaban hablando. Tomo su toalla y las cosas que necesitaba, encaminándose al sanitario. “No me tardare mucho.” Con ello se metió a la habitación cerrada. Imaginaba que mínimo debía de darse una buena ducha fría para sacarse de la cabeza el cojerse con su compañero.